Blas Jesús Muñoz. " Después de la polémica sobre su traslado por la eliminación de símbolos religiosos, negado en todo momento por la alcaldesa, y que propició la creación de un grupo de Facebook bajo el título “No me toques a San Rafael”, ahora parece que sí se va a tocar". Tras leer una afirmación de este calado a uno no le cabe duda de que la mejor web que puede tener el equipo de gobierno municipal es Cordópolis. Máxime cuando la hemeroteca, reciente para colmo, está ahí como la prima hermana del Da Sein de Heidegger.
El anterior gobierno municipal tenía en ABC su periódico más afín y la oposición su diario digital helenizado en el nombre. Ahora los papeles se cambian y, como en la NeoRestauración que vivimos (Cánovas y Sagasta faltan), el equivalente local y bipartidista lo tenemos en dos medios. Sin embargo, se hace preciso puntualizar que el periódico impreso es más coherente y no hace aquello de atizarle a una hermandad como la Paz a cuentas de una errata en un libro, mientras monta una sección sweet honey cofrade.
Un servidor puede presumir, si es que mereciera la pena alardear de ello, de criticar lo que considera criticable venga de quien venga. No usa un cinismo estudiado donde un titular como "El cuadro de San Rafael sí se toca" podría ofender a quienes se volcaron con una iniciativa que consideraban justa. Más si cabe cuando esta ciudad se caracteriza por el inmovilismo.
A dicho titular le hemos quitado a conciencia el final. Rezaría así:
"El cuadro de San Rafael sí se toca (por restauración)". Con ello se demuestra que usar las palabras a conveniencia lo puede hacer cualquiera y no es patrimonio de una inteligencia superior.
"El cuadro de San Rafael sí se toca (por restauración)". Con ello se demuestra que usar las palabras a conveniencia lo puede hacer cualquiera y no es patrimonio de una inteligencia superior.
Negar que la intención de la Alcaldesa era y es quitar del Ayuntamiento el cuadro, no es más que perder el tiempo intentando convencer a aquellos posibles adeptos timoratos que pueden cambiar su voto en cualquier momento. Toda vez que bien se conoce la postura de sus socios de gobierno que, quizá, sean quienes empujen a la primera edil a este tipo de brindis al sol (los cuales son más propios de antiguos monarcas que de nuevos comunistas).
También es sabido que regalarle a un cuadro un Tour itinerante es un traslado encubierto, como vanagloriar uniones de gobierno que no son sino sumas de minorías que anteponen puertas y cuadros a decisiones profundas sobre la ciudad y, por ejemplo, aquello que atrae el turismo y quién sabe si la audiencia.
Recordatorio La doble vara de medir de Cordópolis