En este comienzo de curso cofrade, me he planteado algunos temas de qué hablar, algunos de ellos concernientes a unas determinadas noticias aparecidas en la última semana. Sin embargo, me he decidido tratar el tema de los llamados "cortijos cofrades", en los cuales uno o varios cofrades con cargos en una junta de gobierno, deciden todo, sin contar con otros miembros de su junta, o en los asuntos, que los hermanos deben dar su visto bueno.
He podido comprobar todo en varios casos, así como he sentido frustración cuando algunos llamados "cofrades" ha hecho de una hermandad suya, como un coto privado, en el cual deciden todo, sin preguntar de las decisiones más importantes a los hermanos en un cabildo, o sin contar con otros miembros de su propia junta de gobierno, para sólo lo que les interesa.
Son varios, los artículos que se han escrito sobre este asunto, los cuales algunos de ellos van a enfocado a una determinada cofradía o hermandad, en la cual se estaba o se ha había producido este hecho, se había convertido en un "cortijo" para unos pocos. De este caso, son muchos los ejemplos, que se han producido, se producen y se producirán en un futuro, en nuestras hermandades, lo que hace que algunos cofrades, como el que les habla, sienta desengaño y tristeza por esta forma de gestionar o gobernar una hermandad, más bien dictatorial que democrática, esto último que en muchas ocasiones ha caracterizado a las hermandades, hasta en tiempos en la cual la democracia no existía en otros ámbitos de la sociedad española.
El hecho es que buscando alguna noticia sobre este tema, me he encontrado con la entrevista de un candidato a Hermano Mayor de una corporación penitencial de la ciudad de Málaga, asimismo con el titular que encabeza dicha entrevista: "Sueño con una cofradía que no sea un cortijo". Esta afirmación la hace el candidato a Hermano Mayor a la Hermandad de Nueva Esperanza, D. Arturo Muñoz, que respondía así, a una pregunta del entrevistador sobre con qué hermandad soñaba. Mencionaba en dicha respuesta, que sueña con una hermandad "en la que tengan cabida todos los hermanos que han pasado por la cofradía", "que se pueda hablar y que se tenga en cuenta a todos los hermanos". He cogido alguna de las frases que dejó en dicha respuesta, pero además afirma que quiere que la hermandad tenga vida, y que en el momento de la entrevista, "cualquier movimiento tiene que pasar por la aprobación del líder".
No sólo en Málaga, se producen o han producido, sino en más lugares como puede ser en Granada. Recuerdo -y si algún cofrade granadino lee esto, también puede recordarlo- la hermandad de los Estudiantes de Granada, antes de su actual época (en mi opinión, brillante), sufrió un "cortijo cofrade", en la cual una persona que la gestionaba como su particular cortijo. Sin embargo, llego el día de unas elecciones, en las cuales no se podía presentar él, y eligió a otra persona, allegada a él, para que se presentará a los comicios, de tal forma, que pudiera seguir controlando la cofradía a partir de este individuo. Finalmente, hubo protesta por parte de un grupo de hermanos al arzobispado, y éste, tomó la decisión de crear una junta gestora, gestora que estuvo durante cuatro años. Esta persona que gestionaba como un coto privado o cortijo, esta hermandad, dejó a la misma, sin apenas patrimonio, porque no estaba nada registrado a nombre de la misma. Sólo uno de los titulares, no se llevó ya que dicha imagen religiosa pertenece a la parroquia. Este ejemplo que les he hablado anteriormente, es uno más que seguro sabrán o habrán escuchado.
Por otro lado, este tema lo hablamos hace tiempo en el foro "La Recogía" algunos usuarios. Recuerdo como un usuario, además compañero de GdP -José Barea- mencionaba que "puede tener una mínima vertiente positiva, en el sentido de trabajar todos a una y tal, pero mayormente es negativo". Otro usuario, mencionaba que la creación de "grupitos", acaba siempre en enfrentarse unos con otros. En mi opinión, pienso que son perjudiciales para la normal vida interna de una hermandad, ya que, aunque al principio no existan problemas de convivencia, a la larga si los hay, con enfrentamientos. También, se da el caso que en alguna ocasión, un miembro de una junta de gobierno, se entere de una decisión o noticia de tu propia hermandad, a partir de los medios de comunicación, o en la propia Web de la corporación, antes de un cabildo de oficiales, que están para tomar las decisiones. En otro punto de las cosas, asimismo, pienso que no dar voz y voto a los hermanos en asuntos de gran calado para la cofradía, hecho que se produce en este tipo de gestión, es dañino para la vida interna, y puede desembocar en momentos dramáticos. En definitiva, creo que se debe erradicar este tipo de gestión. Los cortijos no son buenos, más bien negativos para una corporación, del tipo que sea.
Juan Evaristo Callejas Jerónimo