Blas Jesús Muñoz. La actitud del gobierno municipal que se constituyera el pasado mes de junio parece ir encaminada a desligarse de todo cuanto tenga que ver con la Iglesia (por más que se modere el discurso cuando la opinión pública se vuelve en contra), así como con instituciones colindantes con la misma.
Ello parece desprenderse de alguna de las líneas del plan municipal de rescate que el gobierno bipartito ha esbozado y que, como pueden apreciar en el siguiente párrafo, pone en tela de juicio la dignidad de quienes reciben la necesaria ayuda de los bancos de alimentos. El texto es el que sigue:
"Alimentación: Replantearse la política de bancos de alimentos intentando sustituir las políticas asistenciales que se lleva a cabo a través de los mismos por políticas encaminadas a la dignificación de las personas creando un economato social y estableciendo acuerdos con comercios de las zonas para garantizar el acceso a productos de alimentación con precios bonificados en función de la renta disponible, a personas en desempleo o riesgo de exclusión social".
Además del continente ideológico que subyace en tales palabras, cabe destacar un desconocimiento profundo acerca del funcionamiento tanto de los bancos de alimentos como de instituciones similares, donde economatos y promoción de las personas en desempleo o riesgo de exclusión se hallan a la orden del día.