Blas Jesús Muñoz. El pasado sábado les informábamos de los acontecimientos que se producían en San Andrés en torno a la Alcaldesa, la entrega de la Medalla a la Virgen de la Esperanza y la posterior levantá de la que fue partícipe y, como un augurio de poco mérito, se sabía que las reacciones no iban a tardar en llegar.
El primero fue Pedro García (Primer Teniente de Alcalde) y su apuesta por la laicidad, para después sumarse Ganemos con un comunicado, así como la pretensión de que se revisen las relaciones con las cofradías que, para dicha agrupación de electores, son un colectivo más. Todo ello sin tener en cuenta u obviando que son el más numeroso, de largo, de la ciudad.
Sin embargo, Isabel Ambrosio, en su huida hacia delante ha señalado que no se halla sujeta a dar explicaciones por un acto que ella considera normal y pone el acento en su participación en otro de las peñas. Tal vez, equiparable a dos colectivos que no tienen comparación posible.
El giro copernicano de la Alcaldesa llama la atención tras sus desamores, proclamados con su ausencia a la Magna Mariana, el intento de retirada del cuadro de San Rafael del Ayuntamiento o la retirada del crucifijo de Capitulares. O bien confía ciegamente en que sus socios no se atreverán a romper el pacto y perder así su posición de privilegio; o bien a este giro sobrevendrá uno nuevo que retome sus primeros pasos.
Lo que parece claro es que la unidad del mensaje se rompe entre actos como el de San Andrés, mientras su propio partido habla de erradicar la religión de las escuelas. ¿Giros, guiños o poses para quedar bien en cada momento?
Recordatorio ¿Qué precio pagarán por estas fotos?