Suspira el querubín porque sabe que la revancha es un plato que se sirve frío y la venganza helada y con cucurucho. Y que una década esperando sirve para pensar mucho y no cometer torpezas, aunque la cabra tire al monte y si es de una manera por más que piense, sus actos lo delatan.
Suspiros alados por un hermano mayor siempre nervioso y sus consortes que lo saben juegan a fomentar sus temores con acciones de todo tipo que ya dan que hablar hasta en tertulias y luego los nervios hacen que pida hasta los papeles de Bárcenas que nadie le va a dar.
Suspira el Ángel porque como el Rey León ahora todos se ríen del que intentó desandar lo andado y aunque endurece el camino todos se acordarán de esa piedra. Que no es la misma piedra donde tropezará el martillo de un auxiliar que podría ser nombrado y que se apellida como un presidente boliviano.
Joaquín de Sierra i Fabra