Blas Jesús Muñoz. Son diversas las situaciones planteadas, diversas las soluciones que se barajan. Distintas las propuestas. Y todo ello con el denominador común de la Catedral y de la generosidad manifestada por alguna de las partes, de cara a que todas las hermandades puedan desarrollar su estación de penitencia en el interior de la antigua Basílica de San Vicente.
Cierto es que, desde la Agrupación, se han dado todas las facilidades posibles para que la empresa llegue a buen puerto. Cierto es que no hay soluciones milagrosas, como también lo es la dificultad que entraña tener dos Carreras: una oficial y otra que está por verse.
Lo que sí queda en el regusto de los acontecimientos que se están viviendo es que, mientras algunos de los implicados ponen todo o casi todo de su parte -como en casi todas las facetas de la vida- hay quien aprovecha la coyuntura. Y así hay quien aprovecha para salir de allí porque la memoria del anterior paso por el templo mantiene la herida sin cicatrizar. Como también se aprovechan situaciones puntuales para intentar extender la norma.
Así las cosas, puede que haya más de una cofradía que salga de la Catedral, tal y como dijimos en GdP hace mucho tiempo (en noviembre), y más de una que haga la carrera oficial a la inversa. Que haya quien entre y quien no. Mil variantes sobre la mesa para que, cuando el político de turno critique nuestra falta de criterio unitario, debamos tragar saliva y aguantar un reproche que sabemos que merecemos.
