Blas J. Muñoz. Hablar de la figura de Carlos Herencia es
hacerlo de uno de los capataces con mayor trayectoria en Córdoba. A sus
décadas de trabajo ininterrumpido, en esta faceta, para diversas
cofradías, hay que sumar la de costalero, donde también ha sabido
ganarse el respeto de quienes hemos tenido la oportunidad y la fortuna
de compartir trabajo con él.
Su carácter extrovertido y en todo momento servicial, hacen
de Carlos Herencia una persona de trato cercano. Una forma de ser que
se ha reflejado durante estos últimos años en la labor que desempeña al
frente de la cuadrilla del Dulce Nombre, Titular Mariana de la
Archicofradía de la Vera Cruz.
El pasado Lunes Santo no podíamos disfrutar de Carlos y sus
costaleros por las calles de Córdoba, si bien el futuro nos deparará
grandes tardes de Lunes Santo en el porvenir de un capataz que se ha
ganado respeto y cariño, a base de un esfuerzo continuado del que
siempre que el poso en cada hermandad en la que ha estado.