Blas J. Muñoz. Si en un hipotético elenco de hermandades
tuviésemos que escoger a aquellas que mejor cuidan los detalles, una de
las mismas sería indudablemente la de la Sagrada Cena. Y es que la
corporación de Poniente volverá a hacerlo el próximo Jueves Santo
incluyendo en la Antepresidencia de su cortejo las reliquias del Beato
Álvaro de Córdoba.
Un acto más que simbólico por el que se podrá contemplar la
llegada, del para el pueblo cordobés Santo, del Relicario, acompañado
de dos hermanos nazarenos ataviados con el hábito dominico (orden a la
que pertenecía el Beato) y custodiándolo con dos hachetas de cera.
Un acto que se incardina tanto en el Año Jubilar en el que
nos hallamos inmersos como en el 275 Aniversario de la proclamación de
Fray Álvaro de Córdoba como Beato de la Iglesia Católica. Toda vez que
también se cumple quince de la edificación de la Parroquia que lleva su
nombre y del traslado de la Hermandad a la misma desde la Trinidad.
La entrada de San Álvaro en Santa María de la Asunción
supondrá un nuevo instante de los que la Hermandad de la Cena atesora y
muestra de su compromiso. Todo ello con la inestimable colaboración de
su párroco y Director Espiritual de la cofradía, Rvdo. Tomás Pañuelo,
que ha cedido las reliquias de forma desinteresada.