Juan Pérez. Lo leía hace unos días en Más Jerez del puño y
letra de Andrés Cañadas y no había sorpresa, pero sí una sonrisa
comprensiva. Hablaba la noticia de las curiosas dedicatorias de algunas
levantás y de los "olés" con que se responde desde debajo de los
faldones.
Relataba en su artículo un caso muy curioso que viene a
demostrar la tendencia de exaltación efusiva que tienen algunos
capataces a la hora de llamar al trabajo a sus cuadrillas. Aquí está el
ejemplo:
"Escucharme' a mí. Está aquí conmigo, el deán de la Catedral del Tarrasa...
- ¡Óleee…!
¿Óle? ¿Óle de qué? ¿No?"
Una curiosa forma de dedicar una levantá en que el autor del artículo venía a poner sobre la mesa actitudes peculiares de algunos capataces. Aunque hablamos de una anécdota y no se sabe si el Deán era amigo del capataz sí es cierto que cada vez se oyen más dedicatorias peculiares e incluso ha sido la sensación de la Pascua la supuesta petición de mano de Antonio Santiago en el palio de la Aurora.
Una curiosa forma de dedicar una levantá en que el autor del artículo venía a poner sobre la mesa actitudes peculiares de algunos capataces. Aunque hablamos de una anécdota y no se sabe si el Deán era amigo del capataz sí es cierto que cada vez se oyen más dedicatorias peculiares e incluso ha sido la sensación de la Pascua la supuesta petición de mano de Antonio Santiago en el palio de la Aurora.