Esther Mª Ojeda. No es la Merced una hermandad que se caracterice por su pasividad ni hermetismo. A estas alturas, rara es la persona que desconoce la gran vida interna de la cofradía en la que siempre hay que resaltar las labores de obra social que sus miembros desempeñan y a las que se entregan con empeño y diligencia, ya sea en la atención socio-cultural a los internos de la prisión, organizando actividades para la Cruz Blanca o con campañas de recogida de alimentos o juguetes.
Dentro de la corporación es la Diputación de Caridad la encargada de gestionar este tipo de proyectos para la que aun realizando una labor encomiable nunca es suficiente, motivo por el que los miembros que la integran se afanan en superarse cada mes. Así las cosas, este órgano ha enfocado sus esfuerzos a paliar las necesidades de las personas del barrio mediante el banco de alimentos o diversas campañas de recogida de comida.
Gracias a la loable tarea de la hermandad del Zumbacón y a la buena acogida de esta iniciativa por parte de la sociedad, la Merced ha podido anunciar que fueron 94 personas las que durante el pasado mes de abril pudieron beneficiarse de los 1.242 kilos de alimentos repartidos, entre las que cabe destacar dos bebés menores de 2 años y once niños de edades comprendidas entre los 2 y los 8 años que han sumado un total superior al obtenido en los meses anteriores.