Blas J. Muñoz. Hay caminos que se encuentran mucho antes de poseer conciencia sobre los mismos. Miradas que, cuando se cruzan, el sentimiento de pertenencia y admiración parece anterior al instante en que se vivió. Y recuerdos que resultan imborrables, antes de que el presente de un momento sea capaz, con su galopante dominio del tiempo, de convertirlo en pasado que ser evocado. Y así, cuando los caminos se unen está ya todo dicho.
Una historia similar vivió con la Virgen de la Esperanza el fallecido Párroco de San Gil, Antonio Cabezas Moya (Guillena, 1930-Sevilla, 2016). Durante más de un cuarto de siglo fue Director Espiritual de la Hermandad de la Madrugá (1987-2014). Toda vez que en la mañana del pasado 30 de junio, su querida cofradía lo despedía, envuelta en la Esperanza de que ya se halla junto a la Madre Macarena, en la Parroquia de San Gil Abad.
Un penúltimo adiós, un hasta pronto hermano que se reeditará este próximo miércoles 13 de julio, a las veinte y treinta horas, la Hermandad de la Macarena celebrará Misa de Réquiem por su alma. La misma que ya descansa en la morada del Padre celeste de la Sentencia ypor la que los macarenos encomiendan sus oraciones.