José Barea. Dicen que el periodo estival es un tiempo de reflexión y descanso en el seno de las Cofradías. Pero lo cierto es que la fe no descansa y Dios no toma vacaciones. En este sentido, a finales de julio se vivirá un momento muy emotivo en el seno de la Cofradía del Nazareno de Córdoba.
Se trata de la bendición de la imagen del Beato Padre Cristobal de Santa Catalina realizada por el imaginero Antonio Bernal, que tendrá lugar el 23 de julio a las 10:30 en la Capilla de Jesús Nazareno. Sin duda será un momento muy especial para la corporación cordobesa, dada la vinculación existente con el Beato Padre Cristobal.
Cristóbal López de Valladolid, que adoptó el nombre de Cristóbal de Sq eanta Catalina y es conocido como Padre Cristóbal nació en Mérida el 25 de julio de 1638 y falleció en Córdoba el 25 de julio de 1690, el día que cumplía 52 años. Fue Beatificado el 7 de abril de 2013 en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba en una ceremonia a la que acudió en salida extraordinaria la Imagen de Jesús Nazareno.
Sacerdote franciscano, fundador de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, protagonista de una singular historia de entrega y sacrificio, digno de permanecer en el recuerdo colectivo de los cordobeses. Su obra traspasa los límites de lo religioso ofreciendo un gran legado social.
Hijo de labradores muy pobres son pocas las noticias que se tiene a cerca de su niñez y juventud. Los biógrafos hablan de una escapada que tuvo a los siete u ocho años a un convento de las afueras de Mérida. Un fraile lo llevó a su casa cuando todos estaban con la lógica preocupación. Sólo se conoce de su juventud su afición a la penitencia.
El 20 de marzo de 1663 Cristóbal López de Valladolid era sacerdote. Se le nombró capellán de un Tercio de Castilla que luchaba en la guerra contra Portugal. Muy enfermo tuvo que regresar a Mérida a la casa de sus padres. Al restablecerse se retiró para hacer vida eremita en las ermitas de Córdoba, donde permaneció seis años y donde adoptó el nombre de padre Cristóbal de Santa Catalina.
Atraído por la regla de san Francisco de Asís profesó como terciario en 1671 en el convento de Madre de Dios, en las afueras de Córdoba.
Con el objetivo de socorrer al gran número de enfermos sin recursos que por entonces había en la ciudad y después de haber reflexionado sobre el sentido de su vida durante su estancia en las ermitas, el padre Cristóbal fundó el 11 de febrero de 1673 el Hospital de Nuestro Padre Jesús Nazareno,
El 7 de Abril de 2013, el Nuncio de Su Santidad junto con una decena de Obispos estuvieron presentes en la Catedral cordobesa para asistir a la beatificación del Padre Cristóbal.
En representación del Papa Francisco, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Cardenal Angelo Amato, presidió la Misa de Beatificación.
Además del Obispo de Córdoba, concelebraron la ceremonia otros prelados como el Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla, Mons. Carlos Amigo Vallejo; el Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo; el Obispo Auxiliar, Mons. Santiago Gómez Sierra; así como el Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Mons. Juan José Omella y el Obispo emérito de Huelva, Mons. Ignacio Noguer. También estuvieron presentes el de Burgos, Mons. Francisco Gil; el de Bilbao, Mons. Mario Iceta; así como el de Guatemala, Mons. Bernabé Sagastume.
Se estima que unas cinco mil personas procedentes de toda la geografía nacional e internacional asistieron a la celebración, así como gran parte de la comunidad de Hospitalarias y un centenar de sacerdotes. Tras la Eucaristía, tuvo lugar la salida en procesión de la imagen de Jesús Nazareno y los restos del Padre Cristóbal hacia la Iglesia de Jesús Nazareno, en una tarde que ya forma parte de la historia de Córdoba.
Foto Antonio Poyato