Eva Martín. La noche del día de la Merced de 2016 se recordará para siempre en la ciudad de Posadas a causa de una importante noticia que debe inundar de gozo a los ciudadanos de la localidad cordobesa. Los miembros de la hermandad de la Virgen de la Salud, Patrona de los malenos, reunidos en Asamblea General Extraordinaria han aprobado iniciar los trámites para conseguir la Coronación Canónica Diocesana de Nuestra Señora de la Salud. Una distinción para una de las devociones más arraigadas y con mayor profundidad histórica de la provincia, pese a que la imagen actual sea obra de Castillo Lastrucci tallada en 1938, tras ser destruida la original el 23 de julio de 1936, días después de haber estallado la Guerra Civil en uno más de los irracionales episodios que tristemente preñaron Andalucía en aquellos oscuros días.
El culto y la devoción que el pueblo de Posadas profesa hacia a la Santísima Virgen de la Salud se remonta al año 1658 cuando a comienzos de ese año fue traída su venerada imagen a esta Villa, un origen que se remota muchos siglos atrás. Como suele común en el caso de múltiples devociones marianas de la época, su llegada al pueblo está asociada a una leyenda. La de la Virgen de la Salud, narra que la imagen vino desde Granada cargada en un burro con destino a otro pueblo, pero al pasar por las cercanías de la Ermita de Jesús el animal enfermó y murió. Este hecho fue considerado una especie de mensaje celestial en el sentido de que la Señora quería permanecer allí. Sea como fuere el autor de la imagen primitiva era desconocido.
Lo que está perfectamente documentado, es que la Imagen llegó a Posadas a comienzos de 1658 coincidiendo con una terrible peste que azotó a toda Andalucía que duró hasta finales de 1659. De esta terrible calamidad se libro la Villa de Posadas desde la entrada de la imagen de Ntra. Señora a la que el pueblo unánime atribuyó el milagro y desde entonces la llamó por el nombre de Virgen de la Salud.
"En agradecimiento a aquél hecho milagroso, fue elevada una súplica al Ilmo. Sr. D. Francisco de Alarcón Covarrubias, Obispo de la Diócesis de Córdoba (1658-1676) para que María Santísima Nuestra Señora con el título de la Salud, venerada y colocada en la ermita de Jesús Nazareno, extramuros de la población fuese nombrada Patrona de la Villa de Posadas. El 22 de Marzo del mismo año de 1658, el Sr. Obispo, por despacho del Vicario General de la Diócesis, acepto la petición permitiendo al Concejo, Justicia, Regimiento, Estado Eclesiástica y vecindario de la Villa de Posadas, nombrar y elegir por patrona a María Santísima de la Salud.
Leída y notificada la licencia o concesión del Sr. Obispo, el día 14 de abril de 1658, estando reunidos en la iglesia de Santa María de la Flores, Parroquia de la Villa, el Concejo, Justicia, Regimiento y vecinos de la Villa, junto con la Clerecía, en cabildo abierto, constando el nombre de los presentes, todos ellos, unánimes y conformes, usando de la facultad concedida, hicieron juramento solemne, en la forma acostumbrada, de admitir por Patrona de esta villa de las Posadas a la Virgen Santísima, en su imagen de la advocación de la Salud, sin admitir otro Patronato, y hacer todos los años su festividad el primer domingo de mayo.
Y para que se hiciera la fiesta, el dicho Concejo y vecinos decidieron dar cada año la limosna de 10 ducados, que fundaron y cargaron sobre la huerta, que estando junto a la ermita, y que era de dicho Concejo y vecinos. Así fue acordado y firmado ante notario público."
A Ntra. Sra. de la Salud se le atribuyen otros dones concedidos a la Villa de Posadas. "En 1680 la villa de Posadas se libró de otra peste, cuyo contagio fue más universal que la anterior, no existen registrados en los Libros Parroquiales de esta Villa nota que manifieste que algún paisano lo hubiese sufrido, se hayan en ellos que murieron menos personas que en años anteriores. En 1738 se experimentó en Córdoba y sus inmediaciones una epidemia de tifus de la que nuestra Villa se libró, por la invocación de la Virgen de la Salud, muriendo sólo algunas personas de edad avanzada.
En 1755, el día de Todos los Santos, hubo un terremoto en la región que causó innumerables ruinas, muertes y desolación, no recibiendo Posadas el más leve daño ni en sus moradores ni en sus edificios, queriendo María Santísima que sólo padeciese su ermita para ostentan su patrocino con un nuevo prodigio. El niño José Jurado, de 2 años de edad, se hallaba en la ermita cuando ocurrió el terremoto, hundiéndose el campanario sobre el techo de la cocina que cedió quedando el niño enterrado en ruinas. Al estruendo acudió su padre que invocando a María Santísima de la Salud fue apartando el material (tejas, ladrillos y vigas) para sacar a su y darle decente sepultura. Al encontrarlo lo puso ante la imagen de María Santísima de la Salud cuando el niño abrió sus ojos alegre y sin ningún susto. Al día siguiente el niño fue llevado a la Parroquia dando todos pudieron ser testigos de la maravilla dando gracias a Nuestra Madre por los favores recibidos".
"El 23 de julio de 1936 se destruyeron los altares e imágenes de todas las iglesias entre ellas la hermosa y querida Imagen de Ntra. Patrona, así como la de San Sebastián. A pesar de ello, en 1936 hubo novena en su honor siendo presididos los actos por un cuadro de la virgen que un devoto cedió a tal fin. La junta de la Hermandad pensó inmediatamente en hacer otra imagen, haciéndose para ello una suscripción a la que contribuyó todo el pueblo. La nueva imagen se encargó al escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci".
Una devoción de siglos que ni la enfermedad, ni la desgracia, ni el odio han podido erradicar del pueblo de Posadas, cuyos ciudadanos veneran con un fervor indiscutible a la Madre de Dios en su advocación de Salud porque Ella fue siempre quien les sanó y les protegió de todos los males a lo largo de la historia. Ahora, la hermandad que le rinde culto ha dado el pistoletazo de salida para que la Diócesis de Córdoba otorgue a la Santísima Virgen, la Reina de Posadas, una distinción reservada en exclusiva a devociones marianas que despiertan una especial veneración y con ella, de alguna manera, a todos los malenos. A partir de hoy Posadas comienza a desquitar hojas al calendario con la esperanza y la mirada puesta en el glorioso día en que la Virgen de la Salud se convierta en Coronada.
Foto Rafa Pérez