Esther Mª Ojeda. Nadie en el universo cofrade dudaría a estas alturas de la enorme devoción que la Macarena ha suscitado en Sevilla a través de los siglos hasta llegar a convertirse en un símbolo inequívoco de la ciudad, íntimamente ligado a su esencia y su identidad. Una devoción que parece acrecentarse aún más, si es que eso fuera posible, en la Madrugá de cada Viernes Santo, a pesar de que Ella siempre es una presencia constante en la vida de sus fieles.
Esa veneración se hace palpable no solo durante “la noche más larga”, en la que de sobra es sabida la inmensa multitud de personas que abarrotan las calles hispalenses al paso de la Macarena para acompañarla a lo largo de todo su recorrido, sino también en las constantes visitas que recibe en su transitada Basílica así como en la gran cantidad de donaciones que, anónimas o no, ha ido recibiendo en el transcurso de su historia como una muestra más de esa fe que gira en torno al rostro más enigmático de Sevilla.
Conocida era la vinculación de Joselito el Gallo a la Hermandad de la Macarena, en la que fue teniente de hermano mayor, y a cuya muerte la corporación quiso mostrar su dolor con ese famoso luto con el que Rodríguez Ojeda vistió por primera vez a la icónica titular. De este célebre torero son las también conocidísimas mariquillas que quiso donarle como símbolo de los representativos siete puñales que a menudo se clavan en el pecho de nuestras dolorosas evocando los Siete Dolores que Ella hubo de padecer. Además, de esa donación, fue también muy comentada en su día la frustrada idea de encargar para el palio de la Macarena unos varales de oro.
Tampoco sería justo olvidar la relación que la cantante Juanita Reina mantuvo con la cofradía hasta llegar a ostentar el cargo de camarera de honor y dejar en el ajuar de la Virgen la toca de sobremanto que le regaló en el año 1950 y con la que podíamos ver a la hermosa titular estrenándola en una fotografía compartida en Twitter por el periodista Juan José García (@juagardel) hace un par de semanas.
Esta pieza – que debió ser restaurada en el año 2009 debido a una restauración anterior que le ocasionó ciertos daños hasta producirle una eliminación del baño de oro de los hilos y un total ennegrecimiento del tejido – se caracteriza por sus bordados en oro, seda y plata sobre malla con diseños vegetales y simétricos, aunando también en su proceso de confección distintas técnicas que no hacen sino enriquecer esta joya artística que la “Reina de la Copla” quiso dejarle a la inigualable Macarena.