Carlos Gómez. Por segunda vez en apenas unos meses, la iglesia pozoalbense de Santo Bartolomé ha sido objeto de un robo. En verano fue la recaudación de los lampadarios en esta ocasión todo ha sido mucho más grave.
La pasada madrugada unos ladrones accedieron al templo provocando destrozos en la reja de una ventana. Al entrar por ella la imagen de San Expedito cayó al suelo lo que ha causado la rotura de su cabeza. Igualmente se han producido destrozos en un cordón perteneciente al Cristo de Medinaceli y han desaparecido los anillos que portaba la imagen. Además ha vuelto a desaparecer el dinero de la recaudación.
Unos hechos que está investigando las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que no hacen sino ahondar en la sensación de desprotección en el que se hallan en la actualidad los templos de nuestros pueblos y ciudades.
Unos hechos que está investigando las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que no hacen sino ahondar en la sensación de desprotección en el que se hallan en la actualidad los templos de nuestros pueblos y ciudades.
