Carlos Gómez. La catedrática Rosario González Anera, rectora de la Universidad de Granada, ha dado una valiosísima lección de principios, de la que deberíamos tomar buena nota todas las personas normales, frente a los radicales, antidemócratas e intolerantes que están dispuestos a hacer todo lo posible por destruir nuestras tradiciones más arraigadas, como ha ocurrido en la ciudad de Madrid, donde el Desgobierno municipal, sectario y anticlerical que preside la ínclita Carmena ha prohibido la instalación del tradicional Portal de Belén en la Puerta de Alcalá. En Granada una panda de fanáticos ha intentado hacer lo mismo. Como suele ser habitual en estas fechas, una piara de extremistas anticatólicos han hecho lo único que saben hacer, utilizar cualquier símbolo que tenga que ver con la religión, para conseguir un minuto de gloria en medios de comunicación afines, atacando los derechos de quienes nos consideramos católicos o que sencillamente decidimos, en el uso de nuestra libertad, vivir nuestras tradiciones tal y como hicieron nuestros padres y abuelos.
La única diferencia en este caso, ha sido la contundente respuesta del agredido, que frecuentemente cede ante el agresor metiendo el rabo entre las piernas. Estos son los hechos. La Asociación por la Defensa de una Universidad Pública y Laica UNI Laica, nombre eufemístico que esconde a los especímenes más retrógrados, obsoletos, radicales, rancios y antidemócratas que se arrastran por los rincones de una institución que debe ser fuente de conocimiento, tolerancia y cultura, en un gesto fascista más, que demuestra que son incapaces de vivir en sociedad, uno más de tantos a los que los seres libres estamos acostumbrados a presenciar, ha exigido la retirada del Belén instalado en Departamento de Óptica del centro universitario andaluz.
La respuesta de González Anera no admite lugar a la duda. El Belén se queda. En este sentido ha puesto de manifiesto que "todos los años se pone, incluso desde antes de que yo entrara como becaria en los 90", al tiempo que ha añadido que "nadie del Departamento de Óptica ha pedido que no se ponga, y somos más de 40 personas. Participamos todos, seamos agnósticos, ateos o creyentes; está claro que la queja ha venido de otro sitio”, Igualmente la rectora ha lamentado que el centro protagonice noticias como esta "con la cantidad de premios de investigación que tiene, la ciencia que se hace y la docencia que se imparte. Hay belenes en otros lugares públicos, en el mismo Ayuntamiento de Granada".
Por su parte los radicales insisten en que el espacio público debe estar "exento de símbolos religiosos" y que por ello la universidad debe retirar el Belén, en un alarde de ignorancia, intolerancia y desprecio por la diversidad y el pensamiento divergente que efectivamente hace pensar que la denuncia ha debido llegar de fuera; de fuera de la especie humana. De momento el Belén se queda para regocijo de quienes, más allá de creencias religiosas, creemos en la democracia, en la libertad y en el respeto entre los seres humanos como pilares esenciales sobre los que asentar la sociedad en paz a la que la mayor parte de la ciudadanía aspiramos y que una parte de ella, amparada precisamente en esa libertad que quieren negarnos a los demás intenta destruir.