Carlos Gómez. Ocurre cada año y no por ello deja de ser un evento singular, único e irrepetible. Porque singular es cada vez que el ser humano goza de la indescriptible sensación de encontrarse cara a cara con la Madre de Dios, Aquella que fue elegida para llevar en el joyero de su vientre al Mesías, al Elegido, al Verbo Encarnado que vino al mundo para traer la Revolución del Amor.
El próximo sábado 17 de diciembre, como ocurre año tras año, sin solución de continuidad, la bendita imagen de Nuestra Señora de la Encarnación Coronada será trasladada en andas hasta la vecina residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres en cuya capilla podrá ser contemplada y venerada por los ancianos allí acogidos, cumpliendo con una costumbre, convertida en tradición, que ya es por derecho propio, uno de los acontecimientos más hermosos de cuantos protagoniza la Reina de la Calzada cada año, por el simbolismo que encierra acercarse a quienes están imposibilitados de buscarla en San Benito, transformando un acto de hermandad en una auténtica obra de caridad.
Tal y como ha explicado la Corporación del Martes Santo, la Dolorosa comenzará su peregrinar desde la parroquia de San Benito Abad a las seis de la tarde hasta la Capilla del asilo, donde pasará la noche. El domingo día 18 a las 11:30 h. se celebrará una Solemne Eucaristía, oficiada por el Capellán de las Hermanitas, el Rvdo. P. D. José Marín Cruz. El traslado de regreso dará comienzo a las seis y media de la tarde del mismo domingo, después de una intensa jornada en la que la Virgen de la Encarnación derramará su esencia en el alma de aquellos que más necesitan de su compañía.
Foto Hermandad de San Benito
