Julio el Tabernero. Niño, igual que te dije que no volvía a abrir la Taberna para un clásico Barcelona - Madrid lo mismo te digo que voy a hacer el próximo año para Nochebuena. Tengo la cabeza loca de aguantar a pesados y empalagosos... vamos, más o menos como cuando me da por poner el programa de radio de Quinito en el que presuntamente hablan de cofradías. Digo presuntamente porque básicamente a lo que allí se dedican es a hacer la pelota al pobre inocente al que invitan para ser entrevistado. Tan dulce es el programa que se rumorea que si oyes uno enterito te vuelves diabético...
¿Que por qué lo digo? Hombre, niño, porque a pesar de lo que por aquellos lares atacan AHORA a los chicos del blog Gedepé, bien que en su momento llevaron a nuestro redactor jefe. ¡Qué distinto todo cuando D. José Juan Jiménez Güeto era colaborador con sección propia en Gedepé! Bien que entonces nuestro amigote Quinito no decía ni esta boca es mía. Evidentemente Quinito se la tenía que envainar para no morder la mano de quien le daba de comer.
Niño, yo personalmente creo que Quinito está para sentar cátedra de pocas cosas. Entre otros motivos porque cuando tiene a alguien en antena las preguntas incómodas brillan por su ausencia, pero luego por la espalda, cuando el invitado no tiene ocasión de defenderse, bien que le atiza y le arrea en el otro "medio" en que a Quinito tienen la paciencia de aguantarlo. ¡Un machote este Quinito de mis entrañas!
Y ya está aquí la Navidad. Y con ella la curiosísima contradicción cofrade. Ya lo dijo aquel capataz: "¡Qué ganas tengo de que nazca el Niño para que empiece su pasión el Domingo de Ramos!"
