José Barea. La Hermandad de la Virgen de Araceli de Sevilla, con sede canónica en la Parroquia de San Andrés, ha recuperado la iconografía de vestir a su venerada titular de Divina Pastora. El origen de esta forma de ataviar a la Virgen proviene de las misiones populares de la orden Capuchina en Andalucía de finales del siglo XVIII. Especialmente, las dirigidas por Fray Diego José de Cádiz, cuyos sermones rebosaban devoción hacia la imagen de la Patrona de Lucena, a la que se decide vestir de este modo pastoreño.
El traje guarda cierta similaritud con el de la Virgen del Rocío: amplia falda, capa o esclavina y sombrero sobre la cabeza dejando entrever el pelo natural bajo el mismo, prestado por la Hermandad de la Pastora de Capuchinos. La esclavina es de color malva, la Virgen porta cayado pastoril y mantiene la medialuna a sus pies, prestada esta última por la Hermandad del Valle de Lucena. Resulta llamativo cómo el Niño Jesús también luce indumentaria pastoril y sombrero.