El obispo, Demetrio Fernández, aseguró ayer que "con la aconfesionalidad del Estado no está prohibido expresar las creencias". Fernández hizo estas declaraciones durante su alocución en la plaza de las Tendillas, donde se detuvo la procesión del Corpus Christi tras su salida de la Catedral y en referencia a la presencia en el cortejo de dirigentes políticos. Entre ellos, el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado; el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Luis Martín; y el portavoz del PP en la Diputación, Andrés Lorite, junto al presidente de Unión Cordobesa (UCOR), Rafael Gómez, que no paró de saludar en ningún momento a la gente durante el recorrido procesional. A la procesión que presidió la Custodia de Arfe también acudieron el presidente de la Audiencia, Eduardo Baena, y el fiscal jefe, José Antonio Martín-Caro. En la misma intervención, el prelado consideró también que la presencia de los representantes políticos en las celebraciones de la Iglesia se debe a que son "creyentes", lo que a su juicio "es una razón de más para estar aquí".
Éste fue el principal mensaje que lanzó Fernández en su alocución en las Tendillas -que este año ha estrenado ubicación, puesto que se ha instalado justo al lado contrario del habitual para evitar que el sol le diera en la cara de manera directa-, ya que de manera previa y en la misa, que se celebró en la Catedral a las 08:00, centró buena parte de la homilía en la caridad y en la creencia en Dios. Así, consideró que son muchas las personas que en los momentos difíciles, cuando llegan los problemas y sufren alguna enfermedad, "recurren a Dios para encontrar la fuerza".
El obispo también hizo una repaso a la distribución de la riqueza y lamentó que "el 20% del mundo tiene el 80% de la riqueza, y esa diferencia es creciente". A su juicio, "el abismo entre los que tienen y los que no tienen es cada mayor", por lo que destacó que se "trata de una injusticia tremenda". El prelado criticó, además, que esta situación a muchas personas les "parezca normal". Por ello, insistió en que "somos responsables de arreglar los problemas y prestar atención a las personas que no tienen lo necesario para vivir".
En su homilía, Fernández también hizo referencia a la soledad y la "necesidad de que el corazón humano se sienta querido". El obispo consideró que "el sentimiento de sufrir el desamor duele más y es un mal profundo". Ante esta situación, según el prelado, "muchos tienen que comprar la alegría", un acto que "es la mayor de las desgracias".
Tampoco se olvidó el obispo de la labor que presta Cáritas, organización eclesiástica que en el primer cuatrimestre de este año ya ha atendido al mismo número de personas que durante todo 2012 y que además, ha aumentado sus prestaciones en un 30% debido a la crisis económica, según ya informó El Día. Para Fernández, Cáritas lleva a cabo una "tarea ejemplar", pero advirtió de que "no hay que escudarse en lo que hace". Por ello, hizo un llamamiento a la participación y a la colaboración con Cáritas o con cualquier entidad: "que cada uno vea dónde puede ejercer la caridad".
Tras la misa -concelebrada por el clero diocesano-, dio comienzo la procesión de la Custodia de Arfe, por las calles del Casco Histórico de la ciudad. El paso se detuvo en cada uno de los altares colocados en el recorrido por las hermandades de San Cayetano, la Sentencia o la de Ánimas -una de las más vistosas y elegantes-, entre otros, así como la Delegación Diocesana de Juventud. La procesión, como es tradicional, fue avanzando sobre la alfombra de romero que exornaba las calles rumbo a la céntrica plaza de las Tendillas, donde estaba instalado el altar del Cabildo Catedralicio y desde el que partió de nuevo hasta la Catedral por la calle Jesús y María. El cortejo estuvo formado por algunos niños vestidos de Primera Comunión -realmente no superaron la treintena-, representantes de la Agrupación de Hermandades de Córdoba y miembros de las diferentes cofradías de la capital, además de las asociaciones religiosas, la Adoración Nocturna, seminaristas y el clero diocesano. El día del Corpus concluyó en el principal templo de la Diócesis a las 17:00, donde se celebró una hora de exposición del Santísimo, un acto convocada por el Santo Padre, Francisco.
Recordatorio Domingo de Corpus, resaca de feria