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jueves, 7 de noviembre de 2013

Con la música a otra parte

El acoso, y quién sabe si no derribo, al que están sometiendo a muchas de las bandas de música de nuestra Córdoba, no tiene nombre. O mejor sí, INjusticia, INtransigencia, Ingratitud- para más INris.

¿Cómo puede abordarse por parte de nuestra autoridad, y sus subordinadas fuerzas de orden público, el problema de los imprescindibles ensayos con la sanción y la prohibición? ¿Esa es toda su propuesta? Apañaos estamos, y apañaos están quienes se dedican a "delinquir" altruistamente con el arma de la formación y la música, cofrade en este caso.

Rabia y pena siente uno al comprobar cómo se reconoce y se corresponde a la inmensa labor social y cultural --entre otras--, que desarrollan los cientos de jóvenes que agreden con "nocturnidad" a nuestra hipócrita sociedad; que hoy te aplaude y te adula, mientras te escucha de balde comiendo pipas en la acera, y mañana te acusa y denuncia porque no es tiempo de pitos, flautas- y cornetas. Digan que sí, que llevan su razón. Como razones habría entonces para acabar con los ruidos de la "infernal" feria, de las ruidosas concentraciones de las cruces de mayo, del bullicio y gentío de los patios, del ruidoso jolgorio de las cabalgatas, de los dichosos cohetes de las romerías, de las vociferantes y múltiples manifestaciones, de los pitos y guasa carnavalesca, de los decibelios infinitos de conciertos- y ya puestos, hasta de las deslumbrantes sirenas rojas, azules y naranjas, que además de prisa y urgencia llevan demasiado ruido.

Digan que sí, que no les falta (su) razón a cuantos se sienten agredidos por tanta música y tanta leche. Y para eso están nuestras autoridades, para darles la razón y tenerlos "calladitos", nunca mejor dicho.


Claro que hay otras veces, y otras fechas --normalmente cada cuatro años--, en que "por una vez" te dan a ti, músicodelincuente, la razón, y hasta palmaditas en la espalda si hace falta. Luego, pasado "el día", te mandan con nocturnidad (y sin sirenas, por supuesto), a sus secuaces y sus talonarios. Qué vergüenza. Qué gran "obra social" desarrollan multando y prohibiendo hacer música por la cara, por la calle, y hasta con menores de edad.

Claro que también podríamos proponer suspender nuestra explotada, utilizada y manipulada institucionalmente "turística" Semana Santa; ya sabéis, "por problemas de sonido".

Ni se os ocurra, porque entonces vuestra espalda sufriría una incesante banda "sonora" de palmaditas en la espalda.


José Fernández







Fuente Original
Fuente Fotográfica



Recordatorio  Inaceptable Acoso a las Bandas de Córdoba


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