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miércoles, 27 de noviembre de 2013

El Cirineo: La Casa por el Tejado

El próximo lunes 2 de diciembre, la Agrupación de Cofradías de Córdoba ha convocado a las Hermandades de la ciudad para decidir acerca de una cuestión de una trascendencia suprema en el devenir de la Semana Santa cordobesa. Sin lugar a dudas se trata de un asunto que marcará de forma fundamental el futuro de lo ha de ser nuestra realidad cofrade interior y la imagen que queremos exportar al mundo y que, a pesar de los errores subsanables puestos de manifiesto, y de los que ya hablamos largo y tendido tras el histórico 14 de septiembre, se ha visto gratamente fortalecida.

Pero nos equivocaríamos gravemente si únicamente nos centrásemos en cuestiones de imagen, de proyección turística o en deseos para tomar una decisión de tanta envergadura. De entrada, una vez más, entendemos, subjetivamente, que la Agrupación con su Presidente a la cabeza equivoca el fondo y las formas.

Como ya sucediera en los instantes primigenios del famoso Vía Crucis Magno, se cita a los dirigentes de nuestras hermandades para que se pronuncien acerca de si se quiere o no trasladar la Carrera Oficial al entorno de la Santa Iglesia Catedral, pero sin ofrecer detalles concretos al respecto.


En principio, salvo información que no haya trascendido, no se aportan elementos nuevos que induzcan a pensar que la situación de los últimos años ha cambiado. Ni se ha solucionado el asunto de las puertas, a pesar de que se hayan dados pasos en positivo, ni se abordan posibles cambios de horarios, ni de orden de paso de las cofradías que muy probablemente sería necesario, ni cambios de día de salida que es posible que fuese aconsejable en algunos supuestos, ni se habla del aspecto económico, es obvio que no es lo mismo para cualquier hermandad estar seis horas en la calle o nueve desde el punto de vista del presupuesto para música por poner un ejemplo. ¿Están dispuestas todas las corporaciones a perder su orden histórico por el bien común?. ¿Y a cambiar su día de salida? Muchos son los asuntos que están en el aire y ninguno se ha concretado en los últimos años, especulaciones aparte. Aparentemente no hay variación sustancial entre la actualidad y el estado en el que estábamos con Juan Villalba, el anterior Presidente.

Humildemente pienso que lo que se ofrece a las hermandades ahora mismo con este planteamiento no va mucho más allá de un brindis al sol. ¿Quieren ustedes trasladar la Carrera Oficial a la Catedral en lugar de darle vueltas al caballo de las Tendillas? Pero ¿quién en su sano juicio se puede negar a eso? Que nadie se ponga medallas si sale que sí. Es más, ya lo anticipo, saldrá sí. Pero lo que es inconcebible es que se repita lo del Vía Crucis. ¿Quieren participar pero sin conocer ningún detalle de cómo, por dónde, con qué horarios…? Sólo una Hermandad tuvo la frialdad necesaria para decir "no" por entender que carecía de la información suficiente para decidir. Otras alegaron la escasez de información pero después de apresurarse a asegurar su participación. Pocos estuvieron dispuestos a renunciar a estar en un acontecimiento histórico por ser consecuente con esa queja. Y luego pasa lo que pasa, el caos de horarios, el inconcebible "pit lane" de la Cruz del Rastro, el desastre organizativo de las sillas y el adelantamiento de unos pasos a otros en el recorrido oficial… y el fallido intento de taparlo todo con insinuaciones de no "defender lo nuestro" y algún que otro conato de censura, también fallido, de determinadas páginas, como la nuestra.

No se puede construir la casa empezando por el tejado. Esto que es tan obvio parece que se le olvida a algunos de nuestros dirigentes. Antes de reunir a nadie para preguntarle si se quiere o no el traslado (sobre todo cuando se sabe a ciencia cierta el resultado de la consulta) sin dar detalles de cómo se quiere hacer (es manifiestamente mejorable la manera en que está establecida la adoración al Santísimo), sin conocer fehacientemente si podrán todos los pasos (he dicho todos) moverse por el interior del templo, sin concretar cómo se van a subsanar los problemas de puertas, accesos, horarios, etc… es exactamente eso, hacer la casa por el tejado. ¿Saben que un paso que participó en la magna tuvo que entrar y salir por la Puerta del Perdón porque a pesar de lo que habían previsto por la de Santa Catalina no cabe? A ver si resulta que no es suficiente solucionar el famoso tema de las puertas interiores... ¿Es factible el acceso de un paso como el del Cristo de Gracia?. No digo que no lo sea, ni me toca a mí comprobarlo, pero antes de cualquier planteamiento habría que aclarar todos estos puntos de partida y entonces, sólo entonces, tendría sentido plantear si queremos el cambio… y con total seguridad, entonces la respuesta mayoritaria también será sí, pero un sí basado en realidades y no en suposiciones y deseos.

De entrada yo niego la mayor. Particularmente soy de la opinión de que no es en absoluto imprescindible hacer Estación de Penitencia en la Catedral, es deseable (entiendo que por todos) pero no imprescindible. Lo es hacerla, pero no tiene por qué ser obligatoriamente en el mayor templo de la Diócesis. Por poner algunos ejemplos, la Merced lleva muchos años haciéndolo en el Colodro y la Esperanza lo hizo el año 2012 en Santa Marina. Una hermandad como la Paz podría hacerla perfectamente en San Miguel (su Parroquia) o en las Capuchinas. Por cierto, en el espejo en que todos se miran, la vecina de más abajo del Guadalquivir, durante siglos y hasta que la O decidió cambiarlo en 1830, las hermandades de Triana hacían Estación de Penitencia en Santa Ana, por supuesto sin que los pasos accedieran al templo y nadie se lleva las manos a la cabeza por ello.

En mi opinión es imprescindible adorar al Santísimo (no concibo salir a la calle sin hacerlo) pero no que sea en la S.I.C., que no se diga más por favor. Comparto con la mayoría que sería magnífico que se pudiera hacer, pero para ello, lo que sí es imprescindible es subsanar todo lo que haya que subsanar antes de ni siquiera plantearlo. Vaya a ser que alguno de estos inconvenientes no se pueda arreglar y entonces la imagen que se daría sí que sería lamentable. Mucho más que establecer la obligatoriedad de hacer Estación de Penitencia en cualquier templo alternativo aunque siguiésemos paseando por el centro.

Ofrézcanse soluciones y luego, manifiéstese la firme voluntad del traslado. Pongamos primero los cimientos y los muros... tiempo habrá de construir el tejado.


Guillermo Rodríguez







Recordatorio El Cirineo





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