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domingo, 29 de diciembre de 2013

Cáritas, a pie de calle

La parroquia de Las Margaritas entrega 40 cestas de comida Unos 30 voluntarios ayudan todo el año a quien lo necesita.

La Navidad en Las Margaritas y Moreras se pasa con menos penas desde que Cáritas parroquial se emplea a fondo para que no falte la comida, mantas o calefactores en los más de 200 hogares de estos barrios, en pleno casco de la ciudad, entre el Tablero y el Plan Renfe. Julián, voluntario encargado de la acción social, se afana desde una pequeña oficina en la Parroquia de las Santas Margaritas en buscar un trabajo como temporero en la aceituna a los padres de familia. O busca la forma de conseguir unas gafas para dos niños que con apenas 7 y 8 años tienen 13 dioptrías y no pueden seguir la pizarra. Es el Papá Noel del barrio. Pero no sólo en Navidad. Durante todo el año. Con una sonrisa, Julián, afable pero capaz de hacer respetar los turnos de comida o de ropa al más avispado de los necesitados, entrega hoy en Las Margaritas otras 40 cestas de comida a familias en extrema necesidad que pertenecen de esta humilde feligresía. Julián forma parte de un grupo de casi 30 personas que conforman la acción social de la parroquia y el de cuidado de enfermos y personas solas.

Cada miércoles del año, sin faltar solo uno, de cinco y media a siete de la tarde, recibe los currículum vitae de personas que buscan un trabajo. Los contactos de este voluntario de Cáritas permiten mandar cada campaña agrícola a un nutrido grupo a recoger la aceituna, o que haya mujeres que trabajen de limpiadoras en domicilios particulares. «Nunca recomiendo a alguien que no tengo la certeza de que va a cumplir con su trabajo y me ofrece total confianza», apostilla. Después de casi 40 años trabajando de forma voluntaria con Cáritas Parroquial en el mismo barrio, se conoce al dedillo cuáles son las necesidades. Trabaja en dos barrios muy diferenciados, como son Moreras y Las Margaritas.

A un lado, señala este voluntario funcionario jubilado de correos, están los pobres que antes vivían en casas prefabricadas y ahora lo hacen en pisos pero que continúan en una situación extrema. De otro lado, los «pobres vergonzantes», familias con hijos mayores o pequeños que llevan más de tres años sin trabajo pero son incapaces de pedir ayuda. «Nos tenemos que enterar por los vecinos de las vicisitudes que pasan las familias, que con apenas 400 euros de pensión tienen que vivir una familia con cuatro hijos e incluso abuelos. Entonces, un equipo les visita y les ofrece ayuda, porque ellos se avergüenzan de su situación», admite.

Aunque es un trabajo gratificante, Julián, aún le cuesta hacer entender a algunos beneficiarios que todos los que trabajan en esta parroquia con Cáritas son voluntarios, que nada cobran dedicando su esfuerzo y tiempo a los más necesitados. Aún así, el ver cómo llamando a puertas los niños pueden ir al cole con sus mochilas nuevas, lápices y libretas, ya le vale una sonrisa. Acaba de recibir de un amigo empresario alimentos por un valor total de 1.000 euros, porque le llaman tanto los beneficiarios como aquellos que sienten el impulso de ayudar a los demás.

Hay una Cáritas como hay en todas las parroquias de la ciudad para ayudar a la gente, pero quizá éstas sean las más necesitadas junto con la parroquia de San Antonio María Claret en Las Palmeras o la de San Martín de Porres en la calle Motril, las que lanzan un llamamiento a la solidaridad todo el año.

Contacto:

Cáritas Acción Social Las Margaritas: Tlf: 696 531784



Fuente ABC Córdoba




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