Quisiera sobreponerme a mis miedos, abrazarte frente
a esa turba enfurecida y protegerte con mi vida, pero mi valentía me ha
abandonado, como te ha abandona cada día el mundo por el te ofreces en
Sacrificio. Si pudiera volver sobre mis pasos, regresar al punto de partida
cada vez que elegí el camino de la equivocación… pero solamente soy un hombre…
nada más que un hombre…
Cantó
tres veces el gallo...
¿cuándo
ha muerto la amistad
que
hasta Pedro te ha negado
su
respeto y su lealtad?
Tu
pueblo te ha abandonado
y
lo viniste a salvar
redimiendo
los pecados
con
tu sangre en el altar.
Y
por haberte vendido
muere
el espíritu herido
de
toda la Humanidad
y se vive en el olvido
del
sendero que nos das.
Guillermo Rodríguez