Un total de 36 horas, durante los
días 25, 26 y 27 de mayo próximos, estará en besamanos la imagen de María
Santísima de la Esperanza Macarena en la Catedral. En concreto en la parroquia
del Sagrario del Templo Metropolitano.
Así lo anunció el hermano mayor, Manuel García, quien especificó que ya se han cerrado todos
los aspectos relativos en cuanto a mantos y sayas que lucirá la Dolorosa tanto
en el traslado a la Catedral, como en el citado besamanos, el triduo y la Misa
Estacional y procesión de regreso a su templo.
Por lo que respecta al besamanos,
dará comienzo el día 25 de mayo, domingo, a las nueve de la mañana para
continuar, de manera ininterrumpida, hasta las 21 horas. Así, en total durante
los tres días de este besamanos extraordinario, la Esperanza Macarena estará 36
horas a la altura de los fieles, que podrán besar su mano durante todo este
tiempo.
Quienes acudan al besamanos,
entrarán por la puerta de la parroquia del Sagrario que da a la Avenida de la
Constitución y saldrán por el Patio de los Naranjos, para así evitar
aglomeraciones en una sola puerta. La Virgen estará situada al pie de la mesa
de altar, justo delante y sobre la peana de plata que ejecutase Fernando
Marmolejo y que es la que se utiliza habitualmente en los besamanos en la
basílica.
Saya de estreno
Como es sabido, la Virgen se
encuentra ataviada, para la procesión de ida a la Catedral, con la saya
conocida como «la del azulejo» que se encuentra en el arco, que costeó la
familia Sáinz de la Maza y que reproduce la que se perdió en 1936. Es de tisú
blanco. El manto que llevará en esta primera procesión es el de tisú, la última
gran obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, de terciopelo verde y bordada en oro.
Una vez llegue la Esperanza a la
Catedral, será bajada de su paso y nuevamente vestida para el besamanos,
trasladándose de forma privada e íntima a la parroquia del Sagrario. Para dicho
culto lucirá el manto de malla o camaronero, en terciopelo verde y bordados en
oro, realizado por Rodríguez Ojeda en 1900.
Para estos tres días estrenará
una saya que ha sido realizada por Charo Bernardino y donada por ésta, sus
hijas y todos los componentes del taller de la bordadora. Es de estilo barroco
sevillano, de tisú en color crema y bordada en oro. Lleva, asimismo, bordados
en pequeños hilos de seda blancos.
Exorno floral
En cuanto al exorno que habrá en
el besamanos, se dispondrán siete blandones (candeleros) de plata cedidos para
la ocasión por el Cabildo Catedral, además de dos torres de azucenas y centros
de flores conformando pequeños montículos, según explicó el prioste de la
Esperanza, Fernando Marmolejo, que se situarán a los lados de la Virgen.
El propio Marmolejo precisó a
este periódico que el equipo de priostía pretende «aprovechar la majestuosidad
del retablo de la parroquia del Sagrario para integrarlo todo. La fuerza y la
luz que irradia la Esperanza se complemente a la perfección con dicho retablo,
por lo que tampoco hace falta un adorno demasiado excesivo».
Lógicamente, la Virgen lucirá la
corona de la coronación, a diferencia de hace medio siglo cuando estuvo en la
Catedral, que los días previos al Pontifical de coronación llevó la diadema que
diseñó y ejecutó Fernando Marmolejo Camargo, padre del actual prioste.
Triduo y Pontifical
Pero no será la última vez que la
Virgen de la Esperanza sea cambiada de ropa. Una vez concluya, el día 27, el
tercer día de besamanos, la Esperanza será ataviada con la saya realizada por
Francisco Carrera Iglesias, en tisú de color crema, y el manto celeste de la
Virgen del Rosario. Así será subida al paso de esta última, situado en el Altar
del Jubileo de la Catedral y donde presidirá, los días 28, 29 y 30 de mayo, el
triduo extraordinario en su honor.
Como ya informó ABC de Sevilla en
el día de ayer, el paso del Rosario estará delante del Altar del Jubileo de
lado, esto es, la imagen que verá frontalmente es uno de los costeros, por lo
que la Dolorosa será ubicada mirando de frente pero si se mira la parte
delantera del paso, aparecerá de perfil la Esperanza.
Finalmente, el día 30, a la
conclusión del triduo, la Virgen será bajada del paso del Rosario. Nuevamente
será cambiada de ropaje, luciendo como hace ahora cincuenta años cuando fue
coronada canónicamente, esto es, el manto de la coronación y la saya conocida
como «de las corbatas» ambas piezas realizadas por Fernando Marmolejo Camargo.
Serán los enseres que luzca en la Misa Estacional y en la procesión triunfal de
regreso a su basílica.