La Esperanza Macarena es la dolorosa que ha procesionado en un mayor número de ocasiones fuera de la reglamentaria Estación de Penitencia de Semana Santa. Si consideramos la de este cincuentenario, se pueden contar hasta diez veces, con un leitmotiv claro: la Coronación Canónica de 1964. La historia de la Hermandad, las guerras, la vinculación con las Hermanas de la Cruz y el reconocimiento de la ciudad de Sevilla han sido otros de los motivos de estas salidas extraordinarias.
1908: Centenario de la Guerra de la Independencia
La primera de las salidas no tuvo que ver con un motivo de Hermandad. Se llevó a cabo por cumplirse el centenario de la Guerra de la Independencia, aunque fue un año importante por haberse estrenado el palio rojo de Rodríguez Ojeda, «prototipo» del actual y modelo de la presente concepción sevillana de paso de virgen.
Así, el Domingo de Pascua, la Macarena procesionó por las calles de su barrio con un peculiar exorno (banderas nacionales y coronas de laurel, que colgaban de las esquinas y las maniguetas) y cortejo, integrado por grupos regionales de Cataluña, Aragón, Valencia y Cantabria, que hicieron sonar sardanas, jotas y cantos de albaes.
De esta forma, el nuevo palio volvió a salir tras sólo 9 días de un complicado Viernes Santo, que había terminado en lluvia y con la Sentencia guarecida en el vestíbulo de la Universidad, primero, y en San Juan de la Palma, poco después, y con la Virgen en San Pedro.
1936: El «fin» de la Guerra
Mientras el país se encontraba en guerra, la Macarena procesionó el 11 de octubre de 1936 «en acción de gracias por la salvación de España». Lo hizo desde la Anunciación, donde había sido repuesta al culto tan sólo una semana antes, y con una saya de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, bordada por Rodríguez Ojeda.
En esta salida, levemente pasada por agua, se entregó al Estado la corona de oro de la dolorosa, ante las necesidades que se estaban viviendo en el país, presea que posteriormente le sería devuelta.
1941: La simbólica primera piedra
En 1941, la Macarena, todavía exiliada en la capilla de la Universidad por el incendio de San Gil, se acercó con su paso de palio al lugar donde se levantaría, años después, su Basílica. Lo hizo para presidir el simbólico acto de colocación de la primera piedra del templo, que tuvo lugar el 3 de abril, Domingo de Resurrección, a las 16 horas.
Al evento no faltaron personalidades como el Cardenal Segura, que bendijo el lugar, autoridades hispalenses y miembros de las cofradías y los coros vascos, que se encontraban en Sevilla, como recuerda Juan Carrero en sus «Anales de las cofradías sevillanas». La Virgen llegó a la Anunciación a las doce y media de la noche.
1946: El patronazgo de la Virgen de los Reyes
La Virgen de los Reyes fue proclamada Patrona de Sevilla y su Archidiócesis el 15 de agosto de 1946. El magno evento fue celebrado el 24 de noviembre con una procesión múltiple que llevó a la Catedral a un conjunto de vírgenes de gran pujanza.
Así, la Macarena cerró un cortejo que integró El Pilar, La Amargura, la Reina de Todos Los Santos, El Valle y El Amparo, todas sin palio. Como curiosidad, el paso de la Macarena llevaba en sus laterales los faroles del Gran Poder.
En el cruce de Tetuán con Rioja coincidieron las tres dolorosas. Para hacer más solemne el inédito momento se interpretó una salve entre todos los presentes.
1964: Coronación canónica
El 31 de mayo de 1964 se cumplió lo que se venía anhelando desde décadas atrás. Aquella corona de oro que le regaló el pueblo el 1913, en una ceremonia popular, pasaría ahora a cobrar significado canónico, tras serle de nuevo impuesta por el cardenal Bueno Monreal.
Se organizó un gran dispositivo, con altar y tribunas en la plaza de España para el evento, que finalmente no pudo tener lugar en el regionalista monumento debido a la lluvia que se presentó durante la madrugada, siendo la Catedral el espacio elegido.
El traslado se pospuso hasta el 3 de junio, una procesión de vuelta repleta de fervor y muestras de cariño hacia la Virgen, tanto de sus devotos como de la corporación municipal.
1971: La medalla de la ciudad
En este caso, fue la plaza de San Francisco el destino de una procesión con motivo de la imposición de la medalla de la ciudad a la Esperanza, iniciativa del Hermano Mayor Eduardo Miura que se había aprobado por unanimidad a finales del mes de marzo.
Sobre una alfombra de flores, que dibujaba el escudo de la Hermandad, se apostó el palio a los sones de «Coronación de la Macarena», fin de un cortejo en el que no faltaron representaciones de las Hermandades de San Gil, Carmen y Sacramental, de San Roque, La Amargura, Los Estudiantes, Pasión, La Trinidad y las otras cinco corporaciones de la Madrugá.
El alcalde Juan Fernández Rodríguez colocó, en torno a las nueve y media de la noche, la distinción a una Macarena que venía con el manto «camaronero». A su vuelta, que finalizó a las 4 de la madrugada, la Virgen «saludó» a la Hermandad de Montesión, llegando a entrar en su capilla del Rosario.
1989: 25 años coronada
Entre los días 27 y 31 de mayo de 1989 tuvo lugar la conmemoración de los 25 años de la Coronación Canónica. Al igual que en este 2014, la plaza de San Francisco se encontraba engalanada con motivo del Corpus, de hecho a la llegada de la Macarena a este punto se interpretó «Hiniesta Coronada», en honor de la patrona del Ayuntamiento, que presidía el ya clásico altar de Corpus Christi. Fue el momento previo a su llegada a la Santa Iglesia Catedral, donde tuvo lugar el Pontifical.
Quizá lo más curioso fueran los mantones de manila que colgaban de los balcones del barrio, y el romero esparcido por el suelo de la Calle Parras a su vuelta, como relata Juan Carrero y como se pudo comprobar en el traslado de ida del pasado día 24.
La imagen, que estrenó toca de Fernández y Enríquez, iba con el manto de Elena Caro, que recibió de regreso una leve lluvia que obligó al palio a resguardarse en el Arquillo.
1995: 400 años de Hermandad
Se cumplían cuatrocientos años desde que, en 1595, la Hermandad se fundase en el Convento de los Basilios. Como broche a una serie de actos, el 23 de septiembre tuvo lugar, bajo el Arco de la Macarena, un pontifical a cargo del arzobispo emérito, Carlos Amigo Vallejo, que llegó a concentrar a 3.500 invitados, como se recoge en «Esperanza Macarena. Historia. Arte. Hermandad».
Entre las 22:15 y las 7:15 se desarrolló una procesión por los callejones y calles del barrio, lugares repletos de público por dónde fueron derrochando sonidos la Banda de Soria 9, en las primeras horas, y la del Carmen de Salteras hasta la recogida. La Virgen iba ataviada con el manto y la saya de la Coronación y llevaba nardos como exorno floral, además de unas azucenas blancas en la mano, símbolo de pureza, en vez de pañuelo. El cortejo no olvidó hacer parada en San Gil, su histórica sede.
2010: La Beatificación de Madre María de la Purísima
Sin duda la procesión extraordinaria más peculiar de todas. Para empezar, la Esperanza salió sin el techo de palio, sin bambalinas ni varales, al igual que hiciera en 1946. El destino no fue su barrio, ni tampoco el centro de Sevilla. La Virgen se dirigió al Estadio de la Cartuja, pues fue allí donde se celebró la beatificación de Madre María de la Purísima, Hermana de la Cruz, orden que expresó a la Hermandad el deseo de que fuera la Macarena quien presidiera el pontifical, el 18 de septiembre.
La dolorosa, de nuevo con el manto de la Coronación, inició su salida a las 3:20 de la madrugada, alcanzando el recinto casi cinco horas después, a los sones de la simbólica marcha de Pedro Braña. El cortejo, que se recogió a la 1:00 de la siguiente madrugada, llevó a la virgen por calles del barrio por las que no transita y, sobre todo, al Hospital Macarena, en un momento muy emotivo por los enfermos que hicieron de la escalera de acceso una improvisada tribuna.