Encarnación
Un Cosmos espiritual vestido por manto infinito y azul. Formas luminosas que conforman la inmensidad de un instante. El soplo místico que adora la impronta del Creador, la viva luz nacida de la entraña más pura, virginalmente florecida por el Espíritu Santo. El sacro conocimiento del Padre se refleja en las virtudes del mundo, la fe en la Gloria prometida, que sosiega a la carne de las tribulaciones de la sombra tentadora. La Encarnación del Cristo en todo ser, ofreciéndole su cuerpo y sangre, más allá del tiempo.
Reflexiones
Cuando sólo, la oración profunda consuela el dolor del cuerpo y la aflicción del alma, cuando el sueño no repara la carne y el pensamiento se torna infinito, dueño de las horas, te recuerdo revestida de haz de luna. Late mi corazón, más no significa que esté vivo.
Seguiré
Seguiré, aunque la última gota de mi sangre colme el cáliz. Seguiré, aunque las piernas se paralicen haciendo volar al alma. Aunque los años pasen, seguiré, incluso sin mi presencia.
José Antonio Guzmán Pérez
Recordatorio Calvario de Iris