Hace
varias semanas el Candelabro de Cola trató de ilustrarnos sobre cómo no se debe hacer un paso de Semana Santa a través del ejemplo real que, lamentablemente,
protagonizó una Cofradía de Córdoba. Hoy pues toca mostrar la otra cara de la
moneda. El año pasado tuvo lugar en Málaga la magna exposición “El legado de
nuestra fe”. En la misma, quienes tuvieron la suerte de visitarla, pudieron
contemplar el magnífico e impresionante trono que la Muy Antigua, Venerable y
Pontificia Archicofradía Sacramental de Nazarenos del Santísimo Cristo de la
Redención y Nuestra Señora de los Dolores ha realizado para su Titular
Cristífero. Un servidor, que es el tonto de los catálogos y de las guías, no
pudo resistir la tentación de hacerse con un ejemplar del libro “Un trono para
la Redención” que la propia Cofradía editó para describir el proceso de realización
de su trono. Gran punto final al ejemplar trabajo realizado por la Hermandad,
muestra de cómo se planifica y se lleva a cabo un proyecto de gran envergadura
haciendo las cosas francamente bien.
El
libro-catálogo se estructura en tres capítulos principales que se desarrollan
tras una breve presentación. El primero de ellos detalla el proceso de
realización del trono, abordando en el mismo cómo se identifica la necesidad de
ejecución, la puesta en marcha de una comisión que buscara ideas para el diseño
y la selección de los artífices del proyecto (entre los cuales finalmente se
contó el orfebre cordobés Manuel Valera) o cómo se planteó finalmente el diseño
del mismo basándose en las aportaciones de la citada comisión. Una clara
aplicación de la cita de Abraham Lincoln: “Si tuviera ocho horas para cortar un
árbol pasaría las seis primeras afilando el hacha”. Para que se hagan una idea,
el grupo de personas que conformó la comisión se formó en 2003 y el diseño
acabó por plasmarse sobre el papel en 2006. Por su parte los artistas
rubricaron sus contratos a finales de 2008, una vez que se aprobó un estudio
económico que recogía los ingresos necesarios, los plazos y las formas de pago
estipuladas. Es decir: las cosas hechas como Dios manda (nunca mejor dicho).
El
segundo capítulo pormenoriza el discurso conceptual del trono y su iconografía.
A continuación extraemos unos fragmentos del capítulo en el que justifica la
elección del estilo del trono que, a nuestro juicio, es sencillamente para
enmarcar:
El Renacimiento es el modelo más clásico del
Arte. Es tan clásico, que se trata quizá del único estilo artístico que
cualquier persona, instruida o analfabeta, es capaz de asumir porque su
influencia ha sido y es tan colosal que articula e informa la memoria y el
imaginario colectivo. La simple contemplación de cualquier escultura monumental
en una calle obedece a una lectura renacentista del arte, pues es el
Renacimiento el estilo que independiza a la escultura de la anterior
subordinación a la arquitectura. […]
El Renacimiento sustenta la Cultura
Occidental desde hace cinco siglos y por lo tanto es un estilo comprensible, al
tiempo que también susceptible de nuevas e innumerables relecturas.
Las prototípicas líneas rectas en aristas y
perfiles de la arquitectura renacentista, así como sus entablamentos clásicos,
tan simples y tan limpios de trazo, facilitan por sí mismos la contemplación y
subdivisión de los espacios y, en consecuencia, la comprensión de las
secuencias narrativas. Por eso el casetón y el tondo renacentistas no han
podido ser sustituidos por unos mejores elementos compositivos en la
retablística a la hora de presentar un discurso o narrar una historia.
La adopción del Renacimiento como estilo
global del nuevo trono conlleva, en síntesis, una garantía de equilibrio y
pureza en las formas. El repertorio escultórico de cartelas, tondos y figuras
podrá ser de mayor o menor calidad artística, pero si la arquitectura que lo
enmarca y sustenta es renacentista, el trono siempre estará “bien vestido” y siempre
presentará un equilibrio y una armonía de conjunto que facilitarán la lectura y
entendimiento de su mensaje.
[…]
Sin embargo, a nuestro juicio, existen otras
razones aún mucho más importantes para elegir al Renacimiento como estilo
artístico del nuevo trono. Razones de coherencia conceptual. Coherencia en la
adaptación y subordinación del lenguaje artístico al mensaje del discurso que
ha de narrar el trono.
Si la idea temática es la Redención del
hombre por Cristo, si el eje es Cristo Dios hecho hombre para salvar al hombre,
y si queremos comunicar esa idea a una sociedad que, […], ha arrinconado la
presencia de Dios para otorgarle todo el protagonismo al propio hombre y su
libre albedrío, entonces el estilo que encarna a la perfección ese discurso es
precisamente el surgido del Humanismo renacentista y, en concreto, del
Humanismo español.
De este
modo los autores del libro nos anuncian ya el mensaje claramente evangelizador
que desarrollará el trono a través del rico programa iconográfico cuyo hilo argumental
será la advocación del Titular de la corporación malagueña: la Redención. La
Redención del hombre por Cristo crucificado en el madero.
El
tercer capítulo recoge la memoria sobre el desarrollo escultórico de la
iconografía del trono, que elabora el propio imaginero José María Ruíz Montes.
Así pues se detallan:
-
El templete central: sobre el libro de los siete
sellos aparece el Cordero Pascual degollado derramando su sangre en un cáliz.
-
Los
tondos representativos del camino de la salvación (Moisés con las tablas de la
Ley, la Anunciación, la Epifanía y Pentecostés) y del camino de la perdición
(Lucifer, la tentación de Dios y Eva por el Demonio, la muerte de Abel a manos
de Caín y el Dragón de las siete cabezas –alegoría de la bestia que aparece en
el libro del Apocalipsis-).
-
Las cartelas de las virtudes teologales y
cardinales frente a la de los pecados capitales y, en la trasera del trono, la
que muestra el juicio final: con tres figuras en altorrelieve que representan
las tres edades del Hombre que tienen tras de sí un Crismón del que sobresale
el brazo de Cristo portando la Balanza para proceder al pesaje de las almas de
cada individuo (“Psicostasis”).
-
Las sibilas de la Razón, la Pasión, la Soledad y
la Libertad.
-
Los cuatro jinetes del Apocalipsis que figuran
coronando las esquinas del trono.
-
El Águila de San Juan ubicada en la trasera del
trono posada sobre el libro del Apocalipsis.
-
Los atlantes de medio cuerpo (la parte superior
es una figura humana y la inferior una columna en forma de estípite)
-
Los grutescos, motivos ornamentales de los paños
que recorren el perímetro del trono.
Para
concluir, el libro presenta varias fotos de la primera salida procesional del
Cristo de la Redención en su nuevo trono, que tuvo lugar en el año 2013. Es decir, diez años después del comienzo de
maduración del proyecto. Por supuesto, con el retablo andante completamente
finalizado.
Miembros
de Juntas de Gobierno de nuestras queridas Hermandades: así se hace un paso
(trono, en este caso) de Semana Santa. Si ustedes se decidieran a llevar a la
práctica todo lo que se puede aprender de esta Cofradía malagueña no nos
veríamos abocados a ver per saecula
saeculorum pasos no ya sin terminar, sino en fase de carpintería (de los
que aquí tenemos unos cuantos), proyectos a medias o cambiados sobre la marcha
por falta de capacidad económica. Aprendan a rodearse de gente que sepa (porque
uno no tiene por qué saber de todo, pero sí puede y debe buscar buenos
asesores), a buscar nuevos talentos más allá de los autores consagrados y a
tener paciencia en la realización de proyectos, que Zamora no se conquistó en
una hora. Insistimos de nuevo: es preferible madurar una buena idea y
asegurarse de que uno es capaz de llevarla a buen puerto que lanzarse con el
cuchillo entre los dientes a tontas y a locas embarcando a una Cofradía en un
proyecto que no se sabemos si podremos culminar, que no estemos seguros de que
valga la pena y que empantane económicamente a la Hermandad de turno.
Finalmente, no estaría de más tomar nota de la originalidad y coherencia del
proyecto descrito. Tomen nota de que no por mucho fulgor que muestre el pan de
oro se hace un paso para pasar a la historia y, asimismo, observen que es
posible utilizar las cuatro esquinas del paso para algo más que para
representar a los cuatro Evangelistas manidos hasta la saciedad, que,
francamente, ya cansan mucho… Señores: ¡un proyecto que conjugue originalidad,
personalidad propia y elegancia es posible!
Vayan desde estas líneas nuestra más sincera
enhorabuena a la Hermandad del Cristo de la Redención y Ntra. Sra. de los
Dolores de Málaga por el excelente ejemplo de trabajo y sentido común que han
mostrado elaborando su trono. Asimismo damos las gracias por el regalo que ha
supuesto para quien escribe la lectura de esta guía que, a nuestro entender,
debería considerarse LECTURA
OBLIGATORIA para todos aquellos que se acerquen al mundo de la Semana
Santa.
Marcos Fernán Caballero
Fuente Fotográfica, “Un trono para la Redención”
Recordatorio Candelabro de cola: Pudo ser pero no fue