Blas Jesús Muñoz. En la jornada de este pasado sábado día 24 la Hermandad del Perdón finalizaban los cultos consagrados a María Santísima del Rocío y Lágrimas, en una fecha en que se presagiaba el aroma de despedida por afrontar una nueva etapa en la corporación de San Roque que se verá plasmada en el traslado a una nueva Casa de Hermandad.
La corporación del Miércoles Santo realizaba un acto convivencia final en, la hasta la fecha, sede social que ha acogido durante los últimos años. Una casa sencilla cedida por la parroquia que les ha permitido renovar sus cimientos y comenzar a edificar una comunidad de fe, viva e ilusionada con el futuro siempre al servicio de la Iglesia, desde su amor hacia sus nuestros Titulares.
Los cofrades del perdón aprovecharon este último instante para celebrar momentos de vida como han sido todas las ocasiones, celebrando la vida de unos amigos y, en este caso, también el párroco, José Juan Jiménez Güeto, consiliario y amigo. La cofradía se trasladará a la nueva casa de hermandad que se les ha dado con la misma generosidad de siempre por su parroquia.
El próximo 28 de noviembre se bendecirá el nuevo centro lugar de encuentro de toda la comunidad parroquial, hermandades y grupos todos uno como su párroco se esfuerza en transmitirles. Ser uno siempre. Allí seguirán sembrando juventud, vida, alegría y siempre amor a Dios y a su Santísima Madre.
Fotos Fernando Castro
Recordatorio Enfoque: Un aniversario como los de antes