Blas Jesús Muñoz. Sería un hecho totalmente novedoso en la forma de proceder interna de la Iglesia en España, pero si la información publicada en eldiario.es es cierta, Mons. Francisco Javier Martínez sería destituido como arzobispo tras las celebraciones navideñas.
La noticia publicada por dicho medio señala que "la Santa Sede, descontenta de cómo se están realizando los procedimientos, ya tiene prácticamente nombrado a su sucesor, mientras que monseñor Martínez está "quemando sus naves" e intentando que el cese se convierta en un "traslado". Esto es, que no sea prematuramente jubilado (tiene 57 años, y la edad canónica para dejar sus funciones son los 75), sino enviado a otra diócesis o a algún dicasterio romano. Fuentes cercanas aseguran que el prelado no quiere abandonar Granada derrotado, pero que aceptaría de buen grado un cargo en Tierra Santa (es un experto en estudios bíblicos)".
No sería la primera vez que sucediera puesto que es conocido el hecho de traslados o ascensos, tras polémicas surgidas con dirigentes de la Iglesia (de hecho, fuentes consultadas por Gente de Paz afirman que el nombramiento de Martínez como pastor de la archidiócesis nazarí pudo ser consecuencia de la controversia a cuentas de Cajasur cuando era obispo de Córdoba).
Además Francisco ya ha dado muestras de inflexibilidad y severidad en casos precedentes como el arresto domiciliario que ordenara de Jozef Wesolowski, ex nuncio en Santo Domingo acusado de pederastia. Así como la destitución como responsable de la diócesis de Ciudad del Este (Paraguay) del obispo Rogelio Ricardo Livieres Plano, acusado de malversación de fondos y de haber encubierto los abusos sexuales cometidos por sacerdotes bajo su supervisión.
El fin de la Navidad dará o quitará razones. Esperemos acontecimientos. Las aguas bajan revueltas por la Carrera del Darro.
Recordatorio El Cirineo: Coger el toro por la mitra
