Blas Jesús Muñoz. Son como una multifunción de HP. Polifacéticos, poliédricos, con miles de aristas para sorprenderte en el momento más oportuno. Me refiero a ese selecto grupo de hermanos mayores que simultanean el cargo rector de su cofradía con el que rige la cuadrilla.
Son un potosí. Recuerdan mucho a esos políticos que comparten cargo público, pero no abandonan el que ostentan en el partido. O sea, todos los políticos con cargo importante. Sin embargo, el hermano-capataz (llamémoslo así) cuenta con la ventaja de que a él, el único día que puede ir cubierto sale de terno y siendo uno de los focos de atención.
Eso sí renuncian a la vara dorada por el martillo (si alguien no es cofrade que no piense que abandona el bastón de mando por los albañiles). ¿Qué tendrá el llamador para ser un oscuro objeto de deseo? Truman Capote podría haber escrito con ese tema una novela, un guión o un drama si hubiese nacido en Andalucía.
Sin embargo hay quien comparte cargo por circunstancias de la vida, de la hermandad concretamente. Que en esto de las cofradías nunca están de más las manos y casi siempre hay menos de las que se precisan.
En todo caso, podríamos probar a hacer una ley de incompatibilidades como esa de la Junta de Andalucía que prohíbe la connivencia entre ser alcalde y parlamentario. Que buenas risas íbamos a echar.
Recordatorio Enfoque: Capataces que deberían ir a la escuela
