¡Quietos! Descarguen las escopetas
dialécticas que no me he vuelto loco. Si esperan un artículo que atice al Islam
como religión, lamento que les voy a desilusionar. Lo último que haría es
insultar a alguna religión, puesto que pienso firmemente que la única manera de
que el mundo y la sociedad en general es el diálogo interreligioso amparado
bajo el manto del respeto mutuo. Quiero dejar muy claro que nada de lo que lean
en este artículo va en contra del Islam, sino en defensa del cristianismo. Como
una imagen vale más que mil palabras, les traigo la fotografía del abrazo de
los líderes religiosos cristiano, judío y musulmán. Todo un ejemplo, si todos
nuestros dirigentes fueran una milésima parte de cómo es nuestro Papa Francisco…
A quienes hicieron el atentado de Francia les interesa promover la aversión
hacia su religión, quieren que sintamos ese miedo hacia ellos, están sedientos
de odio. Ellos reinterpretan malintencionadamente sus escrituras a favor de sus
intereses. Algo de lo que el cristianismo no puede presumir de no haber hecho.
Así que no hemos de mirar con recelo a todo aquel que profese la religión del
Islam, sería tan insano como injusto, y no estaríamos tratando a los demás como
queremos que nos traten a nosotros mismos. Me explico.
Cuando digo que me da la risa cuando
escucho hablar de la islamofobia, me refiero a que no entiendo la preocupación
de algunos políticos que, a raíz del terrible atentado en Francia, han salido
en seguida a mostrar su preocupación porque brote la islamofobia en nuestro
país. Definitivamente, nos toman por gilipollas, como diría Fernando Blancas. Un
país en el que desde las propias instituciones realizan ataques al
cristianismo, religión ampliamente mayoritaria, de forma más o menos velada,
preocupándose porque los musulmanes que vienen a nuestro país puedan sentirse
discriminados. Por supuesto que los gobernantes han de preocuparse porque todo
el mundo se sienta integrado, pero… ¿Y qué hacemos con las familias en las que
los niños reciben cada vez una educación religiosa de menos calidad? ¿Y de lo
de retirar los crucifijos de los colegios ni hablamos no? ¿Quizás de tratar de
convencer a la población, mediante los medios de comunicación, de que todos los
curas son unos pederastas? ¿O de ocultar toda la labor social que realiza la
Iglesia? ¿Y de permitir ataques vomitivos de ateos imbéciles (también los hay
que no lo son, y muchos) a los cristianos, decimos algo? ¿Qué están masacrando
a los cristianos en muchos otros países por el mero hecho de serlo? Un asunto
menor, no interesa. Poniendo blanco sobre negro, si una revista sacara una
caricatura insultando al Islam sería fomentar la islamofobia y provocar, pero
si lo hace (como ya se ha hecho otras tantas veces) mofándose y ofendiendo al
cristianismo lo llaman libertad de expresión y de prensa. ¡Váyanse al guano!
Eso no preocupa al político de turno,
porque pisar la cabeza del cristiano está de moda parece ser. Lo importante es
que respetemos y protejamos al musulmán sobre todo lo demás, si es a costa del
católico, mejor. Se alarman por una posible islamofobia que aún no se ha
producido (Dios quiera que no suceda jamás), cuando son ellos mismos quienes
fomentan la cristianofobia de forma rastrera, con continuos ataques a nuestra
libertad religiosa. Tome nota “Begonia” (alguno habrá sabrá de quién hablo, la
semana que viene, más sobre eso… O no, porque el tema ya cansa). No a la
islamofobia, por supuesto. Pero NO a la cristianofobia, que es tan deleznable
como la anterior, que no les confundan.
José Barea