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martes, 24 de febrero de 2015

Así comenzó la historia, 75 años en Capuchinos


Guillermo Rodríguez. El 24 de febrero de 1940, Nuestra Señora de la Paz y Esperanza, fue tomada a hombros ante el Cristo de los Faroles, por los frailes capuchinos que habitaban en aquél entonces el convento franciscano y entró por vez primera en la que sería su casa... así comenzó la Historia.

El destino hizo que después de tener que abandonar San Lorenzo por una serie de desencuentros con el párroco, unieran sus caminos el hogar de los hombres de San Francisco y la incipiente hermandad que un día se convertiría en un referente incuestionable en la ciudad de Córdoba. Sería prácticamente imposible discernir quién ha aportado más a lo largo de las décadas, si el convento y el barrio que lo ampara a la hermandad o viceversa, probablemente el enriquecimiento haya sido mutuo además de carecer de importancia si así no fuese. Porque la realidad actual es que hoy, no se entendería a Capuchinos sin la Paz, ni a la Paz sin Capuchinos.

De ahí que haya resultado incomprensible para muchos hermanos de la corporación capuchina que a lo largo de 74 años, y a expensas de prueba en contra en fechas anteriores a la memoria, jamás se haya celebrado una efeméride tan sumamente significativa con una misa solemne que la conmemore cada año.

En esta vorágine de decisiones que se antojan acertadas que está desarrollando la nueva Junta de Gobierno que preside el señor Aguilar y que esperamos tengan continuidad, fundamentalmente con la desaparición el próximo Miércoles Santo de ciertos elementos superfluos del cortejo o la recuperación de su salida desde la nave y no desde la iglesia, nos hemos encontrado con una más. No era tan difícil. La hermandad ha decidido conmemorar el 75 aniversario de la llegada a su casa con un emotivo acto que consistirá en una procesión prácticamente testimonial que partirá a las 20 horas del portón de salida de los pasos, y que estará formada por un pequeño cortejo compuesto de la cruz conventual, dos ciriales, la Junta de Gobierno, el cuerpo de acólitos y la Reina de la Paz en parihuela acompañada por los frailes.

Tras una Salve frente al Cristo de los Faroles y tal y como sucedió hace 75 años, la Paloma de Capuchinos entrará en su casa a hombros de sus guardianes. En el atrio de entrada, esperará la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia que se unirá al cortejo hasta el Altar Mayor.

En torno a las 20:30, comenzará una Solemne Misa de Acción de Gracias, presidida por el guardián del Convento del Santo Ángel, Fray Francisco Martínez, y concelebrada por Fray Pedro Enrique Rivera, consiliario de la hermandad, que esperamos fervientemente sea la primera de las se deben celebrar cada año a partir de ahora, de modo que las buenas iniciativas no se limiten a ser flor de un día.

El próximo martes, la hermandad de la Paz, los hermanos de la Paz y todo el pueblo de Córdoba tienen una cita con la historia. Una jornada que será irrepetible.


Dios te Salve Reina de Capuchinos,
Madre y Paloma Soberana...
alumbra con tu luz ese destino
que la vera del Padre nos depara;

Dios te Salve Esperanza de los hombres,
Paz Verdadera del Cielo,
Eterno es el mensaje de tu Nombre,
Deseo en el espíritu de los pueblos.

Dulzura que se esconde en los adentros
y gobierna mi creencia, en el desierto
de la duda que habita los sentimientos,
cuando azota el temporal del sufrimiento.
Rocío que derrama en Tierra Santa
el Supremo Hacedor de tierra y Cielo...
eres piedra que soporta y que nos guarda
de batallas y de resentimientos.

Paz y Esperanza...Avemaría
de mis andanzas...Tú eres la guía;
me das la Gracia
y el don de tu Compañía.
Córdoba entera
será tu fuero y tu Cofradía.

Que mis hombros te sirvan de consuelo
para el llanto que te hiere;
yo seré siempre el más fiel de tus cirineos
haga frío o calor o el Cielo truene.

Pastorea este rebaño a tu ribera
y llévame a Capuchinos;
y mi copla vuelva a ser la mensajera
de tu fe, por los siglos de los siglos.

Tú serás, Señora, mi única bandera.
Ni la distancia ni el tiempo, serán olvido
para el santo baúl de mis recuerdos
que quisieron vivir en Capuchinos.
Y mi canto inundará tus dos orillas
dando gloria al brillo de tu mirada
y yo se que pagarás con tu alegría,
los sudores que por ti mi alma regala.

Paz y Esperanza...Avemaría
de mis andanzas...Tú eres la guía;
me das la Gracia
y el don de tu Compañía.
Córdoba entera
será tu fuero y tu Cofradía.











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