Blas Jesús Muñoz. La existencia de un acuerdo oficioso, previo o un principio de acuerdo de cara a abrir una de las celosías de Rafael de La-Hoz y así convertirla en la segunda puerta que arregle los problemas de las cofradías, en pos de transitar por el primer templo de la diócesis, deja la "patata caliente" en manos de aquéllas, desde el mismo momento en que el pacto se oficialice.
Más allá de los trámites para su apertura, es conveniente recordar que el pleno y/o asamblea ya aprobó por amplia mayoría, al menos, la intención de trasladar la carrera Oficial a la Catedral. Y, aunque la apertura de la segunda puerta, suponía un requisito indispensable, no es menos cierto que hay otros muchos que deben salvarse antes de encaminar los cortejos al unísono hacia la Judería.
Como señalaba Antonio Varo en una magnífica entrevista concedida a Álvaro Vera para Gente de Paz, "una cosa así no sólo debe salir bien, sino que debe salir perfecta, porque si saliera mal o regular sería un golpe mortal no ya a la pretensión de ir a la Catedral, sino –como en lo de la Madrugada– a la Semana Santa en su conjunto: si después del fracaso de los años 60 vino una decadencia que duró más de una década, ahora sería peor al haberse multiplicado el número de cofradías. Además, creo que hemos perdido muchísimas energías durante muchos años hablando de la Catedral, energías que podríamos haber empleado en cosas más prácticas".
El traslado pues, vendría a suponer una modificación de horarios completos en cada día; un nuevo planteamiento estructural en cuanto al aforo, planes de seguridad, confluencia de las hermandades... Y así una larga lista de cuestiones que deberán ser estudiadas con detenimiento.
Huelga repetir que hay un año por delante, pero poco importaría que fueran o fuesen dos, tres o una década. En la época de la prisa parece difícil, si bien hay que ser conscientes de que sería un plan a perpetuidad y, si hemos esperado lo que hemos esperado un poco más supone una minucia. Toda vez que, el caos organizativo del Vía Crucis Magno se perdona en un evento extraordinario, pero supondría un "pecado mortal" para la Semana Santa.
Recordatorio Enfoque: La Semana Santa de los capataces