Poco a poco la Cuaresma va avanzando. Casi sin darnos cuenta y entre acto y acto, el tiempo va pasando. Poco nos paramos a pensar en qué significa este Tiempo Litúrgico y qué nos dice la Iglesia a los cristianos.
El pasado jueves asistí a la formación cuaresmal que me ofrecía mi Hermandad. Una oportunidad única para detenerme a reflexionar sobre este tiempo con el que tanto soñamos por ser la antesala de una de las manifestaciones de religiosidad popular más importantes de todo nuestro ser.
40 días donde deberíamos pararnos a orar. Y orar no sólo con las oraciones aprendidas, casi como de papagallo, sino de forma contemplativa. ¿Y eso qué es? Esa fue la pregunta que me formulé. Pregunta que fue respondida por el ponente. Intentaré explicarlo de forma sencilla. Espero haber sido "buena alumna" y haberme quedado bien con la lección.
Orar de forma contemplativa conlleva leer un pasaje de la Biblia con un diccionario al lado para buscar las palabras desconocidas o incomprendidas en la intimidad necesaria para la llevar a cabo la oración . Releer y volver a leer, ahora poniendo voz a Jesús, imaginando el lugar, sintiendo los olores, embriagándose del ambiente que describe el pasaje. En definitiva vivir o revivir ese instante. Este momento se puede concluir con una "oración establecida" y aprendida de pequeño.
Sólo nos llevará unos minutos. Unos minutos que parece que no tenemos nunca para Él, para Aquél por lo que después , durante una semana, parece que gira nuestra vida, una vida que sólo parece durar una semana, porque después no tenemos tiempo.
Hoy he querido plasmar lo referente a la oración, en próximos artículos podemos abordar lo referente a caridad y ayuno (aunque a muchos le sorprenda que se hablen de estos asuntos en estas fechas en una página cofrade), y así completar lo que la Iglesia sugiere hacer durante estos 40 días.
Raquel Medina
