Suspira el querubín recorriendo las nubes a toda prisa, de aquí para allá. Busca toda la información posible y las alas huelen a chamusquina de tanto batirse entre nimbos que lo asoman a calles llenas de lodo y cúmulos desde los que ve lo que ocurre iglesias que fueron conventos.
Suspira el alado asomado al cúmulo. En la iglesia que mira iba a estar una cofradía en el Regina Mater y cuando salió la lista suspendió el examen y la mandaron a otra más escolar.
Suspira el Ángel subido en el nimbo mientras escucha a los devotos preguntar el motivo y a los jefes de la capital decir que éso es lo que hay. Suspira divertido al oír a los devotos decir que no pasa nada y no suspiren como el querubín porque en la lista de la Magna su Virgen puede que no esté.
Joaquín de Sierra i Fabra
Recordatorio El suspiro del Ángel: Todo muy cordobés