Blas Jesús Muñoz. Todos tenemos un pasado, azul o gris, rebelde o indolente. Los políticos, en concreto, suelen tener un pretérito imperfecto tan inmediato como las declaraciones que vierten y cambian de un día para otro.
A ellos, por regla general, no suele afectarle la hemeroteca. Actúan como si no existiera. Y es que no queda más remedio cuando la contradicción se convierte en la oración diaria de su Padre Nuestro, repleto de polémicas y tan acostubrado al "y tú más".
Así que permanecer, durante un año, a vueltas con la expropiación o cambio de gestión y titularidad del primer templo de los cordobeses es todo un logro para cualquiera de su élite (no diremos casta porque etiquetar no es solo propiedad de los "servidores" de lo público). Un logro perseguido para obviar cuanto hay dentro de tu casa, pero un logro en definitiva.
La foto lo dice todo. Cualquiera puede llevar una vara y no lo digo por Fran Rivera que puede que lleve hasta la de mando en los Marineros. Unos utilizaron el economato de Málaga para soltar mítines; otras se ponen por montera -o se pusieron- las cofradías cuando conviene. Las preguntas que surgen son mil, la conclusión una: nos utilizan.