Blas Jesús Muñoz. La Semana Santa vive del pasado, mientras a cada paso mira al futuro para dar cuenta de su antítesis. Nostalgia y esperanza, melancolía y optimismo, memoria y porvenir... Todo, a través de imágenes sagradas que nos trasportan por la mitad justa del tiempo.
Durante estos días, no son pocas las cofradías que en sus cuentas en redes sociales o diversos sitios web suben instantáneas o vídeos que recuerdan y retrotraen al pretérito más inmediato. Un espacio invisible, casi como el del alma, donde rememorar los instantes que se escapan como agua entre los dedos.
Una de esas fotografías está en el perfil oficial del la Hermandad del Buen Suceso. Una imagen que centra su vértice de cirios y luz en el rostro lacerante de María Santísima de la Caridad.
Apenas es una fotografía que punza en la memoria de quienes esa noche la vieron. Apenas es un rostro de Mujer que, casi sin explicación, hace de la primavera el agua viva de miles de manantiales. Es apenas, el rostro vivo de otra Semana Santa. Es un enigma que despierta la sonrisa que se completa con su alegría natural y su dolor sereno. Es el enigma del rostro de la Virgen de la Caridad.
Recordatorio La Música del Císter