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miércoles, 29 de abril de 2015

Erigida canónicamente la Hdad. de la Bella en Isla Cristina


Raquel Medina. Isla Cristina cuenta ya con una Hermandad de Nuestra Señora de la Bella, Patrona de Lepe, tras el visto bueno otorgado por el Obispado de Huelva. El pasado fin de semana se celebró la eucaristía donde quedaba erigida canónicamente en la parroquia del Gran Poder.

La Hermandad de la Bella de Lepe quiso acompañar a esta joven Hermandad por lo que no dudó incluso, en trasladar su Simpecado hasta Isla Cristina. Fue desde la casa hermandad de la filial rociera de la localidad desde donde realizaron su procesión hasta la parroquia y celebrar juntos la eucaristía.

La Hermandad de Isla Cristina, junto a la de Huelva, peregrina anualmente hasta El Terrón, donde se celebra a mediados de mayo la popular romería en honor de la Patrona de Lepe.


Historia de la Virgen Bella

Los inicios de la Advocación de la Santísima Virgen de la Bella están llenos de magia y leyenda. Finalizando el Medievo, allá por el año 1480 y en la desembocadura del Río Piedras (puerto de El Terrón) se encontraban unos frailes franciscanos paseando por la orilla de dicho río. Era un caluroso 15 de Agosto (actualmente, Día de la Asunción) y a lo lejos, los franciscanos, vieron venir una pequeña embarcación con tres marineros. Los tres marineros llegaron a la orilla y entablaron conversación con los frailes. Rogaron a estos que custodiasen en su convento una enorme caja que traían. Les rogaron que no la abrieran y que la guardasen hasta otro momento en que pudieran pasarse a recogerla. La Gracia Divina actuó en aquel momento en que los franciscanos aceptaron aquella tarea y llevaron a su convento la caja de aquellos marineros, de los que nunca más volvió a saberse. Pasado un tiempo, la intriga sobre el contenido de la caja fue en aumento, hasta que un día, un fraile de la Orden de San Francisco pidió al cenobio que se abriera la caja en presencia de todos los hermanos. Su petición se resolvió favorablemente. Cuando se abrió la caja y apareció la talla de la Virgen con el Niño, todos los frailes clamaron al unísono: ¡Oh, que Bella! ¡Es como la del Cielo! La noticia se extendió rápidamente por los terrenos colindantes. Desde aquel momento, la devoción a la Virgen Bella se convirtió en una realidad y los fieles no dejaban de acudir al convento franciscano a contemplarla, a rezar y a dar limosna. Desde entonces, el nombre del convento pasó a ser el de “Convento de Nuestra Señora de la Bella”. Hoy día pueden contemplarse delante de la Ermita en El Terrón las ruinas de este convento.

Bendita coincidencia que la Virgen, de manos de aquellos tres marineros, llegara a El Terrón un 15 de Agosto, Día de la Asunción de la Virgen. Si bien es cierto que la Asunción no fue declarada como dogma divinamente revelado por la Iglesia hasta que el Papa Pío XII publicó la Bula Munificentissimus Deus en 1950, la Iglesia celebraba desde el siglo VII de nuestro Señor la Fiesta de Todas las Vírgenes. Para siempre, el 15 de Agosto sería conocido como el “Día de la Bella”.

Hasta el siglo XIX permaneció la imagen de Nuestra Señora de la Bella en el convento franciscano. Fue en 1835 cuando Mendizábal (ministro de María Cristina de Borbón, Reina Regente y madre de la futura Reina Isabel II) y su desamortización, provocaron la exclaustración del convento de El Terrón. Los superiores decidieron trasladarse al Convento de Santa María de la Rábida en Palos de la Frontera, llevándose consigo a la Virgen de la Bella con todos sus enseres. El día 7 de Agosto de 1835 llegó a El Terrón una embarcación para realizar tal cometido. El fraile José, muy conocido en Lepe, decidió avisar a los vecinos en la madrugada de aquel 7 de Agosto para que evitaran el traslado de la Virgen, llamando de puerta en puerta. Fue entonces cuando el pueblo de Lepe actuó. Entraron en el Convento junto con el fraile y al unísono gritaron ¡Viva la Virgen de la Bella! La cogieron en volandas y la llevaron hasta Lepe. Finalmente, la llevaron hasta la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán donde reside hasta hoy. Por ello mismo el 7 de Agosto de 2010 se celebró el 175º Aniversario de la Venida de Nuestra Señora de la Bella a Lepe.

En el año 1954 se fundó la Muy Ilustre, Fervorosa y Franciscana Hermandad de Nuestra Señora de la Bella, cuyo objetivo es dar culto público a Dios Nuestro Señor mediante la devoción a la advocación mariana de Nuestra Señora de la Bella.

El inicio de la Romería tuvo lugar poco más de diez años más tarde, en 1966. En aquel año, el día 8 de Mayo, un grupo de jóvenes de Acción Católica decidió organizar una jornada romera en el Cabezo de la Bella, presidida por una réplica pequeña de la imagen de la Virgen. Lo que se proyectó como una jornada en el campo, acabó siendo la primera Romería en Honor a Nuestra Señora de la Bella, aunque no fue hasta el año 1974 cuando se lleva por primera vez la talla hasta el Recinto Romero. En la entrada de la Ermita de Nuestra Señora de la Bella en el Terrón podemos ver sendos azulejos en comemoración de los 25 años, tanto del comienzo de la Romería, como del primer traslado de la talla de la Virgen al Recinto Romero.










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