Volví a citarme contigo como cada año con las mismas ganas, o mejor dicho, más ganas e ilusión que el anterior. No pude sino buscarte al lado de una fuente, mientras contemplaba unos andares gitanos que me llenaron de Esperanza. La amistad me esperaba, aunque no conseguí verte ni tenerte.
La siguiente jornada la comencé por San Lorenzo y sabía que allí también terminaría. Un hombre humilde y bueno detallaba el racheo con su mirada de unos ángeles que portaban a una Reina, salvadora de las intenciones equivocadas de los presos, repartiendo su Merced entre sueños de músicos que burlaban la burla y curaban las heridas de las espinas en una tez sagrada donde se acunan las plegarias de un barrio entero.
Cruzaba el puente un aire de barrio, un Hombre que portaba una Cruz como tantos días yo he portado por problemas y la larga espera, y la dulzura del nombre de María me recordó que todo tiene arreglo y que a veces solo hay que mantener en espera a la espera para que todo se acabe solucionando.
Quedé mudo al verme sentenciado en la estrechez de las calles de mi ciudad, con elegancia, con ese toque diferente y que nunca cambia, y que cada año te impregna de un detalle nuevo para ti, aunque quizás siempre allí estuviera, pero te enamora al conocerlo de primera mano y por primera vez.
Por la Plaza de las Doblas tuve claro que tendría que encontrarte esta noche, preciosa, con una Estrella bella y cautivadora que ya irradiaba sin haber oscurecido… pero oscureció.
Me atrapó la noche silenciosa en una angosta calle. Quizá quien debía acompañarlo este año no iría, pero allí estaba Él, entre tambores roncos que anunciaban que alguien murió por nosotros, pero que nada muere, ni ninguna de las ilusiones aunque parezca que deben tocar a su fin. Todo muere siempre que no lo cuidemos, cuando lo olvidemos o no luchemos por tal causa con la misma fuerza que antes, o aún mayor.
Junto a la guapa de la familia, entre el velo de la madrugada, y el sol saludando a la luna… remediarse las ánimas benditas pudieron, pero, tampoco te encontré.
Lo intenté el día posterior, te busqué entre naranjos, azahar, y una Mezquita-Catedral agonizante, hasta que la música, aquella música… me impregnó de Salud terminando por completo con la Agonía.
No hubo más que Piedad entonces por momentos para mi alma cansada de buscarte, pero ilusionada al reencontrarme con amigos que con amor portaban a su Padre, Prendido y entregado, como la vida misma nos muestra a veces cuando nos entregan o faltan olvidando el amor que dimos alguna vez.
El silencio y la cruda realidad de lo que pudo pasar siglos atrás me golpeó el alma entre el incienso y pena de una Madre que sostenía un puñal de dolor clavado justo en su corazón, pero San Juan me hizo recordar que siempre hay una persona que te consuela entre Ángeles, y da su apoyo, como esos amigos que en verdad lo son sin que nada ni nadie los cambie.
Una Madre morena y Trinitaria caminaba tras su Hijo, al cual, le querían secar el sudor de su frente, mitigar su sufrimiento, hasta que terminó otra noche con el Buen Suceso de encontrarme con un amigo que me invitaba solo a mirar y acordarme de la Caridad que tanta falta les hace a algunos, y que debe salir del corazón de los más receptivos a pensar en los que menos tienen, en los que necesitan, con el anuncio de un rostro de belleza difícilmente de olvidar cuando se necesita consuelo.
Y al fin, recordé cómo fue las últimas veces, dónde nos enamorábamos Tú y yo cada año más y más, donde te entregué mi amor y lo seguiré haciendo toda la vida que me permitas estar junto a Ti aquí en la tierra. Fue fácil verte, pues en aquellos jardines abarrotados, transmitías una Paz, una sensación de plenitud que solo Tú sabes hacerme sentir.
Te espero el año que viene, no sé si te encontraré en el mismo sitio, aunque lo que si tengo claro, es que iré con los mismos, y espero que los mismos estén a nuestro lado, que no falte nadie, y si han de venir algunos nuevos, serán aceptados siempre que lleven ese amor reflejado en la mirada al verte que a mí me grabaron al nacer.
Fernando Blancas Muñoz
ANEXO: La semana que viene Dios mediante, tendremos en la Chicotá semanal una entrevista especial. Podréis leer a Don Juan Miguel Del Rio, que nos contará sus proyectos para la Hermandad del Vía Crucis si resulta ganador en las elecciones del próximo día 19 de Abril.
Serán las primeras elecciones de este curso cofrade que ya comienza, pues es lo que ocurre con la Resurrección, que no todo acaba, si no comienza de nuevo.
En dichas elecciones se presentan dos candidatos, el entrevistado y el actual Vice-Hermano Mayor, el cual, parece ser, y digo que parece, seguirá la línea marcada por el actual Hermano Mayor, ahora en funciones, aunque haga propaganda en un diario de la ciudad, del tipo, qué bien lo hemos hecho y qué buenos somos, faltó el ¡Vótennos!.
Yo ya lo hubiera puesto, total, recordamos que nos pusieron él, y el actual aspirante a Hermano Mayor, a Don Juan Serrano en el Pregón Taurino-Cofrade de este año.
Repito, yo ya lo hubiera puesto, pues ubicados en el poner… Solo habrá que ver qué colocan o ponen en la urna los hermanos de la Hermandad.
Recordatorio La Chicotá de Nandel: El vuelo de la Paz