Cuando ha pasado ya la Semana Santa y cuando las hermandades de gloria intensifican sus actividades, no vengo a hablar de estas últimas. Y no lo hago por la inmensidad de whatsapps que he recibido durante toda la semana pasada denunciando ciertas irregularidades o situaciones que no veían correctas, así como mis propias apreciaciones.
Son muchas las personas que me han comentado que hermanos mayores y priostes de nuestras hermandades no ocupaban el lugar que les correspondía por su cargo, dentro del cortejo de su cofradía, durante su Estación de Penitencia.
Algunos se han vestido de negro para ir dirigiendo a sus Titulares o bien se han visto negros para estar en un lugar concreto, ya que iban palermo en mano recorriendo todo el cortejo y llamando la atención a hermanos de luz, mientras que miembros de su Junta de Gobierno decían cosas feas, como dicen mis alumnos, a otros hermanos... ¿sólo se ve lo que se quiere ver?
Hay otro cargo que no debe ir donde a la persona le apetece, sino donde le corresponde. Es el caso de los priostes de las hermandades. Éstos deben ir siempre cerca de los pasos, y no le vale decir que van de costaleros. Los hombres de abajo al salirse deben (o deberían) ir a su lugar de relevo, por lo que se pierden momentos en la calle y, en cualquier esquina puede pasar cualquier cosa.
En este punto difiero con las opiniones escuchadas. Mientras una servidora cree que el prioste es el que debe de ir de fiscal de paso, otras muchas personas creen que deben ir de traje detrás o al lado de paso. Como siempre, todas las opiniones son válidas y todas tienen cabida en mi artículo.
Para concluir me gustaría aconsejar que se haga examen de conciencia, que yo misma también haré. Y aviso a navegantes, no doy nombres porque no quiero señalar públicamente a los afectados (como suelo hacer habitualmente), cada uno sabe a quien me refiero, pero sí quisiera hacer un ruego: no empiecen a llamar a terceros, pónganse en contacto con esta mi página y encantada me tomaré un café con ustedes e intercambiaremos nuestras opiniones, todas válidas, como he dicho anteriormente.
Raquel Medina
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