Blas Jesús Muñoz. La celebración del Regina Mater nos ha dejado momentos repletos de intensidad, así como muestras inequívocas de la voluntad de nuestras corporaciones por ser parte -solidaria y simbólica- de un evento de tan notable repercusión para las cofradías y la Diócesis de Córdoba.
Una de las hermandades cuya impronta quedó manifiesta en esta efemérides, no fue otra que la del Remedio de Ánimas. Además de su participación, a modo institucional, con la presencia de su máxima responsable, Rosario Castelló Fernández, en el cortejo de Nuestra Señora de la Fuensanta Coronada, también pudimos apreciar otros detalles de marcado carácter simbólico.
Los mismos estuvieron presentes en los elementos compositivos del paso que entronizó a la patrona de las Hermandades cordobesas. A través de diversos enseres de la corporación de San Lorenzo, tales como los Arcángeles, la candeleria y los alboreos del paso de Nuestra Madre de Dios en sus Tristezas, así como el frontal del paso de nuestro Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas.
Presencia institucional y patrimonial
Diversos hermanos mayores de las cofradías de la capital estuvieron presentes en el citado cortejo de la Virgen de la Fuensanta. Toda vez que su paso, perteneciente a la Hermandad de la Buena Muerte, también contó con los faroles del paso procesional de Jesús Caído. Toda vez que, en la mañana del sábado 27, la Hermandad del Buen Suceso exponía en Devoto Besamanos extraordinario a María Santísima de la Caridad, con motivo de la celebración de la Magna Mariana.
Recordatorio Tres bandas de Córdoba en la Magna