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miércoles, 29 de julio de 2015

Sendero de Sueños: Sólo respeta


Después de un par de semanas algo melancólica o romántica, como diría mi amigo Fernando, algo que achaco al cambio hormonal que sufrimos las mujeres durante el embarazo y prosigue en la famosa cuarentena, aquí me encuentro de nuevo delante de un teclado un tanto harta de comentarios vertidos hacia este medio de comunicación libre y donde todos, repito TODOS, tenemos hueco.

Sí, a ti, querido amigo, te digo que me encuentro delante de un teclado para decir lo que me apetece y parece del mundo cofrade. ¿Para eso existe la libertad de expresión, no? y, como es un derecho constitucional, hago uso de ello, que bastante nos quitan ya.

Me conoces bien y también mi forma de ser y pensar. Sabes que no puedo estar callada, ¡reventaría! También sabes que no me escondo, de hecho mi nombre aperece al final, ¿o ya olvidaste mi nombre? Sabes también como y de donde he bebido mi sentir cofrade, por lo que no entiendo como te sorprendes antes mis deseos, mis anhelos y mis "denuncias".

Haces siempre referencia a que para criticar o hablar del mundo cofrade hay que trabajar en las hermandades, ¿para alabar el trabajo bien hecho también, no? ¿O es qué que nos alaben nos gusta más de la cuenta? Mucho se habla de nosotros (GdP) cuando hacemos una valoración negativa, somos el tema de conversación durante una semana, sin embargo, cuando alabamos algún trabajo, nada de nada. Así es Córdoba o es que como se acostumbra a decir sólo lo bueno, no se está acostumbrado a escuchar críticas constructivas y escuecen.

Estoy de acuerdo contigo en que hay que trabajar en las hermandades, pero en un ambiente sano, relajado, donde no haya más pretensión que ensalzar la figura de Jesús y su Madre, no el ego personal de aquellos que se creen alguien en este mundillo. Sí, trabajar como he conocido el trabajo de grupo en tu Hermandad, que no es la mía, pero a la que quiero como tal por el trato que ha tenido siempre hacia mi persona y por haberme hecho sentir una más en ese equipo.

Sí trabajar en la Hermandad, ¿pero qué pasará cuando la familia deje de ser quien es dentro de la corporación y ni te miren a la cara? Puede ser que esto no pase por el arraigo que tiene tu apellido no sólo en tu casa, sino en la Córdoba cofrade que tan ingratamente te ha tratado... ¿qué pasará entonces? ¿Hablarás bien y a cara descubierta o te escudarás detrás de alguien o de algún pseudónimo artístico?

Piensa un poco en que la tortilla puede darse la vuelta y que no sabes como actuarás llegado el momento, por lo que te digo que dejes que disfrute de mi derecho a expresarme libremente. No te pido que me comprendas ni entiendas, sólo que me respetes.


Raquel Medina



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