Blas Jesús Muñoz. El curso cofrade que comenzará en septiembre plantea la posibilidad de convertirse en uno de los más decisivos que se recuerdan para las cofradías de la capital cordobesa. Ello se deberá en gran medida al hecho de que prospere la apertura de la segunda puerta de la Catedral y se facilite, en consecuencia, el traslado de las respectivas estaciones de penitencia de las corporaciones penitenciales al primer templo diocesano.
No obstante, en caso de que la segunda puerta esté disponible para el devenir de las hermandades, la nueva carrera oficial vendría a suponer cambios de un enorme calado, si tenemos en cuenta que tanto horarios como itinerarios sufrirían modificaciones bastante sustanciales. Hecho que requerirá, a buen seguro, de un esfuerzo y una generosidad negociadora de bastante calado.
Culminación al mandato de la Agrupación
A todo este abanico de posibilidades hay que sumarle el hecho de que, en 2016, finaliza el mandato de la actual Junta de Gobierno de la Agrupación de Cofradías que dirige Francisco Gómez Sanmiguel. El traslado del itinerario oficial de las hermandades cordobesas vendría -claro está- a suponer un espaldarazo a la gestión del organismo cofrade.
Trabas al cambio
Según apunta la sucesión de acontecimientos, dicha reforma no estará marcada por un camino sencillo puesto que desde el Consistorio municipal parece que se pretende dilatar, en la mayor medida posible, la concesión del último trámite, que no es otro que la concesión de la licencia de obras. Toda vez que el punto de inicio del nuevo recorrido oficial de la Semana Santa cordobesa también presenta variantes que habrán de ser estudiadas.
Recordatorio La Bondad comienza a esculpir una nueva realidad
