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domingo, 4 de octubre de 2015

El Sanedrín: ¿Qué opinión te merecen los ataques al busto de Gómez Aguilar?


Blas Jesús Muñoz. Los sanedritas se pronuncian esta semana sobre un tema que, desgraciadamente, se viene repitiendo cada vez con más asiduidad, las pintadas (ya van tres) a la estatua que recuerda en el Paseo de la Victoria al sacerdote Antonio Gómez Aguilar. Suya es la opinión. 

Anás. Bueno, la opinión ante estas reiteradas actuaciones, sólo es una. Indignación y lástima.

Hay que decir, que nos encontramos ante un verdadero ciudadano ejemplar, seguro que tendría algún defecto, cómo todo ser humano, pero es impresionante la labor que llegó a realizar en su vida.

Recordar a los lectores de este blog, que fue fundador de los Colegios de La Santísima Trinidad, así cómo, de guarderías infantiles. Fue consiliario de la Agrupación de Cofradías, dió cobijo en su parroquía a hermandades cómo Santa Faz, La Cena o La Estrella, en años difíciles para tener una sede para una cofradía de reciente constitución.

Nombrado Cofrade Ejemplar por la Agrupación en el año 1988 y Cordobés del Año, en una votación de los lectores del Diario Córdoba, en el año 1989. Todo esto sólo es un apunte a su gran figura, nos encontramos ante un ser humano que dio muchísimo a nuestra ciudad. 

Y una vez más, este senequismo cordobés, esa apatía nuestra heredada de nuestros antepasados lo paga con estos actos inadmisibles, probablemente por su condición de párroco, en estos tiempos dónde increiblemente, a los que somos religiosos, se nos mira mal. Me parece realmente lamentable el estado donde ha llegado nuestra sociedad actual en este sentido. En horas dónde raro es el día en el que no nos salpica la corrupción de nuestros gobernantes, unos y otros y que a este personaje luchador, emprendedor y humano, se le pague en su tierra con esta moneda, demuestra la pobreza humana.

Personalmente, creo que todos tenemos que tener la mente más lúcida y valorar más a las personas por sus actos y no por su condición social y no estar tan pendiente de esta corriente progre, dónde está mal ser católico, tener una bandera, que curiosamente nos representa a todos o todo cuanto estamos viviendo a diario.

Ojalá, Córdoba tuviera muchas personas cómo D. Antonio, que fueran religiosos, empresarios o políticos, pero que se partieran la cara por nuestra tierra y por sus ciudadanos, pero esto, amigos, esto sólo puede ser un sueño, aqui seguiremos cómo siempre, esto no deja de ser nuestra querida ciudad y seguiremos discutiendo por temas minúsculos sin abordar los que de verdad importan y seguiremos en nuestra miseria, con ciudades vecinas, que nos pasan por la derecha y por la izquierda, porque ahí, si se preocupan por lo que de verdad importa.

Un saludo a todos y espero que él o la persona que tan agusto se queda realizando este tipo de actos reflexione y busque en su vida el objetivo de crear y dar y darse a los demás, que es lo que de verdad tiene que hacer.

Ananías. Los continuos ataques a monumentos, iglesias e instituciones católicas me dan miedo. Cada vez son más y lo malo no se sabe quien está detrás de esto, ¿son simples nenacos con ganas de detrozar el patrimonio o hay otros interesados detrás con intención de mandar un mensaje a los católicos?

Llevo viendo hace ya bastante tiempo como los católicos somos atacados en internet con escenas que sólo recordarlas me causan vomitos, verdaderas aberraciones contra la dignidad humana. Cuando me pongo a pensar el porqué de esto llego a la conclusión de que la Iglesia está perdiendo fuerza, está perdiendo adeptos, cada vez se ven las iglesias más solas, la misma Semana Santa va perdiendo su sentido que no es otro que el de hacer potestación pública de fe por las calles y ves que tanto los que dirigen las hermandades como los que participan en ellas están en todo menos en gritar en voz alta su condición de cristianos. Fruto de esa debilidad que está sufriendo la iglesia están cogiendo fuerza otros e intentan achicarnos, meternos miedo y amedrentarnos.

Por eso creo que en estos tiempos más que nunca debemos unir nuestras manos y defender nuestra condición de cristianos, nuestro amor a Dios y dar ejemplo con la ayuda al projimo. Juntos seremos invencibles.

Caifás. Creo que como se identifica a la bandera de España con los "fachas", algo parecido se quiere relacionar con la Iglesia y su expresión es pintar las fachada de los templos o, en este caso, el busto de una persona que solo hizo el bien, desde su personalidad, a los cordobeses. 

Ni recordamos nuestra historia y somos tan torpes que nos burlamos de ella haciendo gracias en la vía pública, lo que demuestra que aparte de ignorantes somos malos ciudadanos. 

Esdras. Siempre se ha dicho que los españoles tenemos a los curas en el centro de nuestras vidas, unas veces corremos delante de ellos para que no nos alcancen y otras corremos detrás para alcanzarlos. En la actualidad corremos detrás para borrarlos del mapa. Lo que está ocurriendo con el busto de Don Antonio Gómez Aguilar responde a ese ambiente que se ha generado desde la transición por el que se identifica a la Iglesia con el franquismo y, por tanto, hay que acabar con ella y con todo lo que significa. Yo estoy harto de oír las soflamas de esos paladines de la

Libertad, la Democracia, la Tolerancia, la Igualdad y la Fraternidad, cuando son auténticos liberticidas, dictadores, intolerantes, privilegiados y cainitas. Ahí tenemos los acontecimientos, de momento, aislados pero increscendo, vividos en las últimas Semanas Santas, las pintadas en las iglesias amenazando con quemarlas, los insultos en todo medio de comunicación y redes sociales pretextando libertad de expresión.

En fin, pintan bastos para el cristianismo en general y la Iglesia Católica en particular. Estamos conducidos por ciegos que o no ven o no quieren ver el precipicio que tenemos delante y es hora de que nos pongamos en nuestro sitio de una vez por todas.











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