Llegaba el mes de octubre y con él las ilusiones de toda una Hermandad más que consolidada en nuestra ciudad. Muchas eran las personas que esperaban este 17 de octubre de 2015 con júbilo y añoranza. Muchos se levantaron mirando al cielo que amaneció azul, pero que se fue tiñendo de un gris poco deseado.
En San Andrés todo estaba preparado. Todo estaba listo para presenciar el roneo de la Virgen Niña morena por las calles de Córdoba. Todo se había revisado, hasta el más mínimo detalle. Sin embargo, el agua quiso hacer acto de presencia también.
Dentro del Templo del Realejo no se veían ni capas ni túnicas blancas, tampoco cubrerrostros verdes, pero si Esperanza. Un esperanza viva en Cristo.
El agua quiso estar junto a Ella, sí, pero no quiso ni rozarla, sólo gozar de su eterno olor, de su intenso color moreno..., el agua se enamoró de su rostro de niña guapa y quiso estar a su lado.
No sonaron sus campanitas del palio, ni el rachear de los pies de los costaleros al compás de marchas..., sólo sonó la respiración de los presentes, que se entrecortó cuando el Hermano Mayor informó de la decisión tomada por el Cabildo de Aguas.
Todos pensarán que habrá que esperar hasta el próximo Domingo de Ramos, pero el 8 de diciembre, la niña gitana guapa, roneará de nuevo por esta tierra califal y volverá la Esperanza a sus calles.
Raquel Medina
Recordatorio El cáliz de Claudio: Eres más que la Esperanza