Una nueva Imagen Titular había llegado a Córdoba. Y no una cualquiera: una salida de la gubia de Ortega Bru. Eran tiempos de muchísima ilusión y muchísimo dinamismo de las Hermandades cordobesas. La Hermandad del Cerro, como siempre ha sido conocida, iba a ser la primera que en los tiempos recientes de nuestra Semana Santa iba a hacer Estación de Penitencia con tres pasos.
La Semana Santa de 1992 iba a ser la primera con la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes en nuestras calles: el Cristo llegado de Cádiz por mediación de Fray Ricardo de Córdoba. Sin embargo, un Domingo de Ramos que se inició en el humilde barrio del Cerro con una alegría incontenible se truncó cuando, en la calle San Fernando, un inesperado percance obligaba a la Hermandad a continuar su salida procesional sin la Imagen de su nuevo Titular, que encontró cobijo en la Parroquia de San Francisco gracias a la generosidad de las Hermandades de la Oración en el Huerto y del Señor de la Caridad. Actualmente, en el arco del compás del antiguo convento franciscano, un retablo presidido por Jesús del Silencio recuerda dicho acontecimiento.
Hoy este Candelabro va dedicado a los hermanos de la Cofradía del Cerro. Porque quiero que tengan muy presente que, como ocurrió con su Titular, su Hermandad volverá a caminar de frente por muy malos tiempos que actualmente parezcan correr. Tengan presente que nunca hubo mal que mil años durara… ni cuerpo capaz de aguantarlo, claro. Todo cambia, todo muta. Ya vendrán épocas mejores. Consuélense pensando que, francamente, muy mal se tiene que poner la cosa para que la situación empeore. Ahora es cuestión de echarle mucha, mucha paciencia y desear a la Gestora que el Obispado acaba de poner al frente de la Hermandad trabaje lo mejor posible para que pronto las aguas vuelvan a su cauce y la normalidad sea la tónica habitual en la Cofradía. Ahí tienen el ejemplo de Jesús del Silencio. Que su devoción hacia Él, al Cristo del Amor y a María Santísima de la Encarnación les haga permanecer unidos ante estas difíciles circunstancias.
Marcos Fernán Caballero
Recordatorio Candelabro de cola: ¿En nombre de Dios?