Juan Antonio Martínez. Para todo aquel que conozca Cádiz sabe de la unión inseparable entre el mundo de los carnavales y las hermandades. Muchos de los autores y completos de la Tácita de Plata tras acabar las coplas no dudan en cubrirse con el hábito Nazareno o abrazar la horquilla. Un buen ejemplo es el del autor del comparsista y corista Luis Rivero (Guadalupe, Gaditanos o Los hijos de la tierra), quien ha sido incluso hermano mayor de una hermandad gaditana, o la devoción manifiesta de Antonio Martínez Ares por el Greñúo de Santa María.
Esta mañana esa relación simbólica de hermandades y carnaval se ha producido en el Gran Teatro Falla donde están representantes de la Hermandad sevillana de la Hiniesta aprovechando su visita Cádiz. También han estado en la Santa Cueva con anterioridad al Falla y acudieron posteriormente a ganar el Jubileo en la Hermandad de la Vera+Cruz de Cádiz, auténtico objetivo de este desplazamiento. Sin embargo, no dejo de poner el foco en el ejemplo del hermanamiento que en los últimos años han tenido estas dos capitales y un ejemplo de como una hermandad puede visitar con naturalidad el "templo" de las coplas de Cádiz.