Dentro de unos días, concretamente el día 28 del corriente, vamos a asistir a unos de los momentos más destacados de la reciente historia cofrade de nuestra vieja ciudad, vamos a presenciar el hermanamiento de tres cofradías cordobesas, tres que por razones de la historia han coincidido al celebrar sus respectivos 75 años fundacionales, durante este mismo año.
Estas hermandades son popularmente conocidas como Pasión, Esperanza y Paz.
Solo he conocido en profundidad un hermanamiento, el mismo, efectivamente finalizó con una Eucaristía, a la que siguió la firma de una serie de documentos que contenían la constitución de este hermanamiento, fijados en una serie de puntos, a los que pude acceder, ya que aparecieron el la prensa local, y recuerdo que fijaban el objeto en fomentar y potenciar los actos de Culto y Veneración de sus respectivas titulares.
Además se obligaban además de la colaboración religiosa y personal, a la colaboración en lo material, dentro de sus posibilidades, y siempre a los fines que en cada momento fueran determinados.
Cada una de las juntas de gobierno, como símbolo de fraternidad incluiría cargos de la otra junta de gobierno en un lugar de privilegio y respeto, siendo invitados previamente y a la que deberían de asistir una representación de cada junta de gobierno a los actos programados tanto Eucarísticos, Procesionales y demás acontecimientos oficiales.
Entre las hermanadas, para aumentar el conocimiento de la vida y su funcionamiento se intercambiarían las actas de todas sus reuniones y juntas.
Además de las obligaciones señaladas anteriormente se creó un “Protocolo de Hermanamiento”, donde se fijó el honor que significaba este hermanamiento para ambas Cofradías, y fijaron una serie de actos y actividades:
Cambiarían entre ellas una metopa conmemorativa como símbolo de este hermanamiento.
Se repartirán unas medallas expresamente creadas para los miembros de las juntas de gobierno hermanadas, en el anverso se incluirá las imágenes de ambos titulares.
Anualmente se celebraran jornadas de convivencia entre las hermanas, y aquellos actos acordados previamente.
Para potenciar este vínculo a lo largo de cada año se obligaban a mantener un contacto fluido mediante el intercambio de noticias, publicaciones, ideas, proyectos de cada una de las hermandades, evitando en todo momento que esto suponga una carga insalvable para ninguna de ellas.
Estos acuerdos se adoptaron por la correspondiente comisión pro hermanamiento que fue constituida y asesorada por los directores espirituales, y que tomaron una serie de acuerdos, tales como que todos los gastos y asuntos económicos se consensuarán con los tesoreros de las corporaciones.
Nombrar un responsable de relaciones protocolarias, públicas y de medios de comunicación.
Fijar las fechas para el hermanamiento, aprobar el modelo de la metopa señalada así como de la medalla conmemorativa; el cartel anunciador y el artista del mismo, así como el programa oficial de los actos. Fijando con precisión el orden y forma de la ofrenda floral que se intercambiaran las hermanadas.
Todo esto quedó en un acta que fue firmada por los Secretarios, Hermanos Mayores y sendos directores espirituales.
Todo este trabajo fue realizado por dos hermandades de Algeciras y de Ceuta concretamente la de Nuestra Señora de la Palma y la de Santa María de África Coronada.
Solo debemos de valorar la dificultades que nuestras tres hermandades han debido de superar, y espero con impaciencia conocer el calado de sus acuerdos, así como las finalidades de este hermanamiento, por lo importante del acto, por la relevancia para nuestra ciudad y la cantidad de hermanos afectados.
Enhorabuena a los componentes de las Juntas de Gobierno, a sus directores espirituales, así como que se vean asistidos por el Espíritu Santo, para alcanzar acuerdos gratificantes a todos sus participantes, y que espero con impaciencia saber de ellos, ya que las tres cofradías hermanadas son señaladas en Córdoba por su seriedad, protocolo y saber hacer.
Antonio Alcántara