Blas Jesús Muñoz. Soñaba Reina de Triana por los Jardines
de Colón, mientras Rafael Giraldo daba las órdenes precisas a sus
hombres, convirtiendo la escena en una arquitectura, efímera y
precisa, eficiente y mística, que hace olvidar todo el contexto y
permite que costaleros y capataces dejen de serlo para conformar una
parte más del altar que entroniza a la Santísima Virgen.
Sólo Ella ante la ciudad, ante los devotos que se jactan de
estar allí, en el justo instante de la fe derramada. Mientras, avanza
por el Campo de la Merced, sin estridencias, de la mano de la música que
aun sublima más a la Estrella sublime de la Huerta de la Reina.
Su capataz la llevaba con la naturalidad con que las
personas humildes realizan las grandes cosas. Fue uno de los momentos
que 2015 nos regalaba y, como otro legado del año que ya forma parte de
los anales, también nos dejaba el anuncio de que el capataz pronunciaria
en 2016 el Pregón del Costalero que organiza la Hermandad de la Cena.
Momentos que ya forman parte de nuestra particular historia cofrade.